El coronavirus puso en jaque al mundo. Con el objetivo de evitar el aumento en el número de contagiados, la mayoría de países decretó drásticas medidas como el cierre de fronteras y el aislamiento obligatorio.
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Justamente, este último ha generado una grave problemática, especialmente en España. Allí, las llamadas al teléfono de atención a las víctimas de violencia de género aumentaron en un 43,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
Entre el 14 de marzo, cuando inició el confinamiento, y el 15 de mayo de 2020 se registraron 16518 llamadas. Dicho número representa 5033 más que en el mismo periodo de 2019.
La convivencia es un factor de riesgo para las mujeres que sufren violencia machista. El confinamiento hace muy difícil para ellas pedir ayuda. En dicho contexto están controladas y vigiladas por el agresor durante las 24 horas del día.
Si se compara la primera quincena de mayo con la primera de abril, las llamadas bajan un 0,2 % y las consultas en línea un 27,3%, lo que la delegada de Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, atribuye a que desde el 11 de mayo muchas mujeres se encuentran en territorios españoles que han relajado el confinamiento, lo que podría haberles aportado «algo de desahogo».
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