El vergonzoso caso del vigilante que fue obligado a permanecer 50 días sin poder salir de su bodega en el norte de Bogotá ya tendría responsables.
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Este sábado se conoció el vergonzoso caso de Hélber Bolívar, un hombre que quedó encerrado en una bodega en el norte de Bogotá. Durante casi dos meses, Bolívar no pudo salir de la bodega y no recibió un peso para su alimentación. Su hija tenía que pasarle comida a través de una pequeña ventana, en un caso de trato inhumano que fue considerado como esclavitud.
Bolívar relató en Blu Radio detalles de lo que le sucedió, e identificó a los dueños de la bodega en la que trabajaba como vigilante. Se trata de una mujer llamada Patricia Ramírez, y «dos señores llamados Jairo y Fernando». Ellos serían los dueños de la instalación en la que se guardan alimentos para la cadena de restaurantes «La Ponderosa».
Según Bolívar, ninguno de los tres dueños le dio comida o dinero para mantenerse en los largos períodos que debía permanecer como vigilante. Aunque la bodega estaba llena de alimentos, estos estarían monitoreados por cámaras de seguridad para evitar robos. Aún así, tampoco le pagaban a tiempo: el último salario que recibió era de 900.000 pesos, entre los que estaban $400.000 de sueldos atrasados.
Los abusos laborales de los que fue víctima Bolívar fueron muchos. Sufrió un golpe en la cabeza, pero debió echarse café para curarse. Así mismo, no pudo salir ni siquiera para celebrar con sus hijas el Día de la Madre. Todo esto motivó una investigación que podría sancionar fuertemente a los propietarios de la bodega.
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