Según se informa, la primera comida rápida apareció en la antigüedad. Los romanos, por ejemplo, vendían pan empapado en vino, verduras cocidas y guisos, principalmente para la gente pobre de la calle. En la Edad Media, el menú se amplió con pasteles, pastas, flanes y waffles.
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Pero el primer restaurante, abierto en 1860, vendía pescado ingles y papas fritas. Los perros calientes y las hamburguesas se hicieron muy populares en los EE.UU. más tarde, a principios del siglo XX, y eso marcó el comienzo de la comida rápida que conocemos hoy en día.
A pesar de la enorme variedad, se cree que las hamburguesas y las papas fritas son todavía los tipos de comida chatarra más populares que se consumen en todo el mundo.
Aún así, con el comienzo de una era de estilo de vida saludable y la creciente conciencia sobre los efectos negativos de la comida rápida, muchas cadenas decidieron incluir ensaladas y diferentes tipos de rolls en sus menús.
En KFC China, por ejemplo, se desarrolló un concepto «saludable» llamado KFC Pro. Allí se pueden pedir ensaladas y paninis con proteínas como camarones, salmón ahumado y pollo a la parrilla (no frito).
Pero no hay que dejarse engañar, según los expertos. Una investigación, publicada por la empresa holandesa de análisis Elsevier, confirma que la comida de estos restaurantes es menos saludable que hace 30 años. La razón principal es el aumento significativo del sodio en todas las categorías del menú, así como el tamaño de las porciones. Por lo tanto, los productos podrían provocar una increíble gama de enfermedades, incluyendo obesidad y problemas cardíacos.
«Si lo consumimos como una excepción, no es un problema», dijo a Metro Brenda Chavez, escritora y periodista residente en España. «Pero debemos saber que no es ni saludable ni sostenible. Sano, para nosotros y para el planeta, sería consumir alimentos frescos producidos por la naturaleza. Es decir, comida real que no ha sido creada ni procesada por la industria. Son alimentos que podemos imaginarnos cultivados en el campo, por ejemplo, a partir de materias primas de calidad, si es posible ecológicas».
ENTREVISTA
Brenda Chavez,
Escritora y periodista residente en España
P: ¿Por qué es tan popular la comida rápida?
– La comida chatarra es ultra-procesada e industrial. Puede tener la apariencia de la comida real, y ser vendida como tal, pero sus propiedades nutricionales son muy escasas y si se toma habitualmente, o en exceso, podría causar consecuencias para su salud. Todos los nutricionistas advierten: causa obesidad, enfermedades coronarias, diabetes y otras enfermedades. Contiene todo tipo de aditivos para hacerla más atractiva a la vista, al olfato, etc. y deforma el sentido del gusto porque hoy en día estamos acostumbrados a sabores muy saturados.
Además, la cantidad de dinero gastada en marketing para venderlo no tiene precedentes. Algunas cadenas pueden ser muy atractivas con parques infantiles, o personajes como el payaso Ronald Mcdonald, y sus regalos para los niños del público… Por eso los jóvenes y los niños lo consumen, ya que no son conscientes del bajo valor nutritivo de sus alimentos y se sienten atraídos por la publicidad. En los EE.UU., Japón, China, y países en desarrollo como India, Brasil o México aún gana popularidad entre las clases medias.
P: ¿Puede la comida rápida ser saludable?
– En general, debemos evitar la comida chatarra y la comida rápida, todos los tipos de alimentos ultra-procesados (los que tienen más de cinco ingredientes, incluyendo azúcares, harinas o aceites vegetales refinados, aditivos y sal), y construir nuestro menú con comida real en su base. Si las etiquetas contienen ingredientes indescifrables que no encontraríamos en una cocina normal, como jarabe de maíz, dextrina, dextrosa, polidextrosa, etc., significa que fue procesada y es mejor no comprar tales productos.
P: ¿Y el impacto de las cadenas de comida rápida en el medio ambiente?
– Su objetivo son millones de consumidores. Su forma de producción intensiva e industrial contribuye a la deforestación, utilizan intensivamente los monocultivos para alimentar el ganado que utilizan, lo que también devasta la biodiversidad.
Y no se trata sólo de la ecología. A lo largo de la historia, hemos visto abusos laborales contra trabajadores, proveedores, franquicias, violaciones recurrentes de los derechos humanos, discriminación, incluso acoso sexual. O colusión con regímenes totalitarios además de abusos fiscales (en Francia McDonald’s evadió impuestos, por ejemplo).
En 2014, miles de empleados de McDonald’s, Burger King, Wendy’s y KFC se declararon en huelga en 150 ciudades de los EE.UU. y en otros 30 países exigiendo un aumento salarial (15 dólares por hora) y para poder sindicalizarse, recurrieron a Twitter bajo el hashtag #Fastfoodglobal. En 2016 exigieron lo mismo en Europa. Y las protestas salariales continúan hasta ahora.
Línea de tiempo de la hamburguesa:
1900 – Se crea la primera hamburguesa «real» (hamburguesa de carne entre dos rebanadas de pan)
1921 – Creación del tradicional pan de hamburguesa
1920’s – Primera hamburguesa con chili (chili con carne)
De finales de los años 20 a mediados de los 30 – Hamburguesa con queso
1940’s – Tomates, lechuga y otras verduras se añaden a las hamburguesas.
1960 – Se añade el tocino.
1968 – Nacimiento del Big Mac.
1980 – Primera hamburguesa vegetariana.
Mediados de 2000 – Aparecen nuevas ofertas «gourmet» en el mercado.
$130.3k
millones de dólares es el valor de McDonald’s a partir de 2019. El de Starbucks es de 45,8 mil millones, el de KFC de 17,2.