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La escuela de robótica que produce tapabocas para donarlos a hospitales de Chocó

Se trata de un proyecto estudiantil que hoy tiene la forma de aportar un granito de arena para mitigar el impacto del COVID-19.

El Club de Robótica del Chocó se encuentra vacío, pues los estudiantes que hacen parte de él se encuentran en casa por la cuarentena, sin embargo, los maestros que lo lideran están trabajando sin descanso para aportar un granito de arena a la sociedad. La escuela de robótica que produce tapabocas para donarlos a hospitales de Chocó.

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Gracias a una impresora 3D que fue donada hace dos años por Usaid y Acdi/Voca, el profesor Jimmy García, con ayuda de algunos colaboradores, están elaborando máscaras y tapabocas para gran parte del personal de salud de la región.

Sin embargo, fueron los niños y niñas que hacen parte de esta iniciativa quienes hace meses habían creado este prototipo de careta. Actualmente tienen un pedido de 300 elementos de protección que esperan sacar adelante con la colaboración de más sectores de la sociedad, aunque su meta es llegar a producir 500.

Siguiendo las recomendaciones de la OMS, las caretas de protección cubren la zona T del rostro y están hechas con PLA, un material que es biodegradable.

La escuela de robótica que produce tapabocas para donarlos a hospitales de Chocó

“Siempre hemos tenido presente que es clave tener un laboratorio de innovación social, por un lado, la parte técnica, y por otro, la humana. Hemos venido tratando de fortalecerlo y así es como hace un par de años recibimos la donación de la impresora 3D y otros componentes para la construcción de piezas que necesitáramos, en pro de la educación de los chicos”, cuenta García.

“Bajo esta situación nos dimos cuenta que esta podía ser utilizada para la construcción de estos elementos de bioseguridad y con lo que teníamos a la mano comenzamos a fabricarlos. No teníamos un panorama tan claro, pero sabíamos que había que hacer algo”, comenta.

Así fue como arrancaron y empezaron a donar las caretas a los centros hospitalarios, analizando siempre quienes eran las personas que estaban más expuestas, llegando a la conclusión de que era el personal médico quien más las necesitaba.

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“Queríamos anticiparnos a lo que ya está sucediendo de que los médicos quieren renunciar porque no hay herramientas, no hay dotación, y porque su vida está primero. Si bien sabemos que esto no es la salvación si ayuda a minimizar bastante el riesgo de contagio”, dice el profesor García.

En el Club de Robótica tenían un remanente de materiales con los que hicieron las primeras 30 caretas. En cuestión de dos semanas se acabó, así que gestionaron una campaña de donación para comprar más insumos con lo que ya en conseguido hacer algo más de 80.

“Cuando nos abren una papelería por el ladito compramos lo que necesitamos, así nos hemos ido bandeando”, dice el profesor García refiriéndose al acetato, que también compone la máscara. Sin embargo, con el PLA tienen problemas para abastecerse, pues este material se trae de Medellín o de Bogotá, y el transporte está tardando más de lo normal.

Hoy los hospitales y centros de salud están haciendo un pedido directo al Centro de Robótica para recibir estas máscaras, por esto tuvieron que diseñar un formulario para que hicieran las solicitudes formales y analizar quienes las están solicitando. Incluso tienen peticiones de centros médicos en Tumaco y otros lugares muy recónditos a los que también les quieren dar prioridad.

“Ya nos vimos desbordados porque en este momento tenemos una sola impresora y tenemos capacidad de producir unos 10 tapabocas diarias. Completar los más de 300 que tenemos pedidos nos va a tomar más de un mes, que no sería lo ideal”, dice el profesor García.

Por esta razón el docente hace una solicitud de ayuda para conseguir unas dos o tres impresoras más, o en su defecto, que otras empresas que ya cuenten con estos equipos les colaboren produciendo más caretas de este tipo, en cualquier parte del territorio nacional. “Nos pueden enviar solo las viseras y aquí armamos el resto”, dice el maestro.

Los jóvenes del Club de Robótica del Chocó han participado en diferentes competencias como el Mundial de Robótica en China en el 2019 y el viaje a la NASA (pausado por causa de la situación actual) de dos niñas representantes; entre otros espacios que les han permitido adquirir experiencia y aprendizajes.

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