En Colombia hubo al menos 987 violaciones al derecho internacional humanitario (DIH) en 2019, según un balance presentado este miércoles por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que revela un recrudecimiento de la violencia en los últimos tres años pese al acuerdo de paz firmado en 2016.
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La radiografía que elaboró el CICR sobre la continua violación del DIH demuestra las dificultades del Comité para acercarse a las comunidades y entablar diálogos con los grupos armados.
«En el 2019 la situación humanitaria en el país se deterioró para la población civil: siguen los desplazamientos, el confinamiento y registramos un desarrollo preocupante en el número de personas afectadas por artefactos explosivos improvisados», describió Christoph Harnisch, jefe de la delegación del CICR en Colombia, en una rueda de prensa.
El panorama es complejo debido a la situación de extrema pobreza, necesidades insatisfechas y las disputas entre grupos armados en departamentos como Chocó, Nariño, Arauca y Córdoba.
«El recrudecimiento de las acciones armadas indica que las promesas de paz aún no se han materializado en las regiones más vulnerables donde no ha habido una consolidación integral de la presencia del Estado y donde la llegada de migrantes implica nuevos desafíos», relató el informe.
El 77 % de las 987 violaciones que conocieron de primera mano las 13 oficinas del CICR en el país fueron amenazas, homicidios, actos de violencia sexual y reclutamientos de menores.
Las cifras, según el CICR, demuestran que «los abusos de la guerra no han menguado y tienen una configuración distinta en cada región del país».
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EXPLOSIVOS, AL MENOS UNA PERSONA AFECTADA CADA DÍA
En 2019, el CICR registró 352 víctimas de artefactos explosivos y minas antipersonal, entre ellas 159 civiles, cifras que a todas luces preocupan al Comité porque «destruyen familias, proyectos de vida y tienen un efecto permanente en la vida de las víctimas».
«Estas armas no hacen una discriminación entre civiles y militares, es por eso que son tan graves pues tenemos un aumento significativo en 2019 en comparación con 2018», aseguró Harnisch.
La desaparición de personas continúa siendo un reto titánico en el país, pues solo en 2019 el Comité Internacional de la Cruz Roja documentó 93 casos.
«Es muy preocupante cuando comparamos esto a la discusión que hemos tenido en los últimos cuatro años sobre la necesidad de la búsqueda de personas desaparecidas. Eso no es un fenómeno del pasado de Colombia, es un fenómeno del presente», dijo Harnisch.
El informe reveló que aunque en muchas de las zonas en las que trabaja el CICR las organizaciones institucionales tienen una voluntad de ayudar a las personas desaparecidas y sus familias, el esfuerzo sigue siendo insuficiente.
De acuerdo con el balance, la dimensión de las desapariciones incluye a más de 83.000 víctimas y no muestra señales de detenerse.
«Aunque tuvimos información sobre 913 de las 2.158 personas que estamos buscando, solo se resolvieron 116 casos, eso evidencia que encontrar a las personas que faltan es una tarea titánica», precisó el balance.
VIVIR SIN MIEDO, UNA DEUDA PENDIENTE
El panorama con los grupos con los que el CICR busca dialogar sobre principios humanitarios es hoy más complejo porque las comunidades no pueden identificarlos o tienen miedo de las represalias de los combatientes contra la población civil.
Dadas las condiciones, la posibilidad de proteger a la población civil es todavía más difícil para el CICR, toma más tiempo y limita la capacidad de respuesta ante la violación de derechos humanos.
«Vemos que el panorama hoy es más complejo que el del año pasado. Los grupos armados están más fragmentados y el conflicto tiene nuevas dinámicas, las víctimas guardan silencio por temor y vivir sin miedo es una deuda pendiente para Colombia», agregó Harnisch.
También dijo que «hay miedo de que algo pueda pasar después de hablar con el CICR. Si no tenemos, como actores humanitarios, la confianza de la población civil, esa población no nos entregará información sobre lo que está pasando en las zonas».
Balance entregado por el CICR alerta sobre el incremento en la violación de los derechos humanos en Colombia
MÁS DE 25.000 DESPLAZAMIENTOS
Aunque el año pasado los casos de desplazamientos masivos disminuyeron, pues sumaron 25.303 frente a los 27.780 de 2018, la cifra sigue siendo significativamente superior a la de 13.809 de 2016, año en el que se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Los departamentos con más víctimas fueron Nariño, Chocó, Córdoba, Valle del Cauca y Norte de Santander.
La reducción de los casos, explicó el CICR, se puede explicar por otro fenómeno igual de grave: el confinamiento que en 2019 afectó a 27.694 personas.
«Cuando una población es confinada durante semanas, esto cambia la vida negativamente de las personas, según nuestras observaciones el panorama se ha vuelto mucho más complejo que en el pasado», añadió Harnisch.
AGRESIONES CONTRA LA MISIÓN MÉDICA
A pesar de los múltiples esfuerzos del Gobierno, Harnisch aseguró que el panorama nacional es tan crítico que incluso el personal sanitario y la infraestructura de salud son víctimas de constantes agresiones, de hecho en 2019 se presentaron 281 incidentes según el Ministerio de Salud.
«Es muy preocupante la falta de respeto para el personal médico, los recursos médicos y las instalaciones», dijo Harnisch.
Estas agresiones ponen en riesgo la capacidad de los organismos humanitarios para salvar vidas, pues hay amenazas contra médicos, enfermeras, agresiones físicas y afectaciones contra estructuras de salud».
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