Los 16 integrantes de la agrupación Azul Ilusión, algunos con discapacidad cognitiva y otros con sensorial o motora, ven en la música un lenguaje diferente en el que su condición no representan una barrera sino una oportunidad para demostrar su fortaleza y talento.
«Me gusta cuando le canto a la gente, al amor y a la felicidad», dijo a Efe Juan David Escobar, vocalista y pianista del grupo, quien con sus interpretaciones demuestra que discapacidad no significa límites.
En el barrio Prado en Medellín, donde está ubicada la sede de la Corporación Artística Azul Ilusión, a partir de la cual se formó este grupo que ha llevado su música hasta Córdoba (Argentina), ensayan un repertorio que incluye canciones con mensaje como «Celebra la Vida» o «La Vida es un Carnaval», además de temas navideños y bailables.
Recomendados
Video: niña reclutada por las disidencias de las Farc resultó herida en combates con el Ejército
Gobierno Petro volvería a sentarse en mesa de negociación con disidencias de ‘Iván Mordisco’ en abril
El cardenal primado de Colombia también apoyó la ‘vaca’ por las vías de Antioquia
Pilar Pérez Restrepo, profesional en percusión sinfónica de la Universidad EAFIT, es la directora de la corporación y la cabeza de un proyecto que tiene a la inclusión como bandera.
«Hay gente que piensa que ellos no van a ser capaces de tocar, pero la música es otra cosa. Ahí no existe la discapacidad», apostilló Pérez.
La historia se repite en cada presentación: «Un impacto en el público» que ve subir al escenario a personas con bastones y unas «características especiales» que minutos después despejan cualquier duda con energía, inspiración y calidad musical.
Según la directora, los espectadores se encuentran con un grupo que además de «despertarles un montón de sentimientos les trae felicidad y baile».