El papa Francisco pidió hoy perdón, «como obispo de Roma», a quien se ofendió por las estatuas de la Pachamama robadas de una iglesia cercana al Vaticano y arrojadas al río Tíber, y dijo que fueron exhibidas «sin idolatría».
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El papa pronunció estas palabras durante el Sínodo de la Amazonia que se está celebrando en el Vaticano, según pudieron comprobar los periodistas que asistieron a la sesión de este viernes.
El pasado 21 de octubre, varias esculturas de madera de la Pachamama, que representan a la Madre Tierra y que se habían expuesto en varios actos del Sínodo sobre el Amazonas, fueron robadas y tiradas al río Tíber de la capital italiana.
Varios medios católicos ultraconservadores difundieron un vídeo en el que se podía ver a un hombre que entraba a primera hora a la Iglesia de Santa Maria in Traspontina, cerca del Vaticano, y se llevaba estas estatuas para arrojarlas después al río.
Las esculturas de madera habían sido criticadas duramente por sectores ultraconservadores que consideraban que formaban parte de la adoración de la Pachamama y por tanto eran un símbolo pagano.
El prefecto de la Secretaria de la Comunicación, Paolo Ruffini, dijo el lunes en rueda de prensa que eran esculturas que representan la vida, la fertilidad y la Madre Tierra, y que entrar en una iglesia, «robar» y «tirar una escultura» es «un gesto que se comenta solo».