El 7 de agosto se cumple un año de la presidencia de Iván Duque. Tras su elección, fuertemente marcada por la polarización, Duque ya cum- ple un año de ejecutar lo que él llamó el “uribismo 2.0”, que buscaba darle la vuelta al acuerdo de paz, traer la seguridad democrática como pilar de la política militar y armamentística del país e implementar un nuevo modelo de economía, basado en los sectores alternativos.
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Sin embargo, este año ha estado marcado por hechos que han jugado en su contra. Desde que empezó los índices de desaprobación han subido y parecieran no tener techo. Así, Duque cuenta con los mismos niveles de popularidad de Juan Manuel Santos, pero tras finalizar sus ocho años como presidente.
A Duque, a quien señalan como el joven a cargo del país, hoy no cuenta con apoyo de los sectores más duros del uribismo ni tampoco de la izquierda.
Su agenda ha estado mar- cada por un gabinete que ha generado múltiples polémicas; en algunos casos por ser muy técnicos y en otros casos por ser todo lo contrario, como en el caso del ministro de Defensa y la ministra del Interior.
Ya un ministro le renunció y el balance político de su llegada no es tan robusto como el que tenía Santos al iniciar su periodo como gobernante.
El gran volumen de salidas de Duque al extranjero también le ha jugado en contra. En pocos meses, el presidente dejó de aparecer en alocuciones presidenciales para empezar a inundar las redes sociales en forma de memes, con sus imágenes en el extranjero.
A un año de comenzar a trabajar, Duque le apostó por aprender del funcionamiento del país. Ahora, afronta problemas en economía, de orden social, como el asesinato de lideres sociales, el rearma- miento del Eln y el fortalecimiento de otros grupos arma- dos en zonas críticas como el Pacifico y el sur del país.
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Arrancará 2020 con un hueco fiscal de ocho billones de pesos y con un saldo rojo en cuestión de derechos humanos. Sin embrago, muestra resultados en sectores como el posconflicto y en alianzas comerciales que servirían a intereses del agro colombiano. La crisis de la migración venezolana le ha golpeado y debe mostrar resultados rápidos.
PUBLIMETRO le muestra el balance en cinco puntos claves de la gestión de Duque en un año que ha cambiado la política nacional.
El presidente no ha logrado caminar al ritmo del Congreso
De las cosas que más le han costado al Gobierno es lograr una conexión con el Congreso para que sus proyectos sean aprobados. Algunos culpan a los ministros de ser muy técnicos y alejados de la política. Otros dicen que a Duque le falta mucho más trabajo por crear una nueva unidad nacional para que la mayoría de partidos empiecen a legislar en relación con sus políticas de gobierno.
De ahí que el diario The Economist la semana pasada publicara un artículo en el que señaló de improductivo el primer año de mandato de Duque, esto al descubrir que ha presentado menos de 20 proyectos, de los cuales han aprobado menos de 10. Mientras que los proyectos de sus antecesores, en el mismo
periodo, superaban los 40. Lo anterior, sumado a la renuncia de Gloria María Botero al Ministerio de Justicia (aunque ella aseguró que fue por causas personales) demuestra que dentro del mismo gabinete ministerial hay dudas sobre cómo continuar con ese plan de gobierno.
Otro punto que juega en contra de Duque son los constantes choques entre él y su partido. Y uno de los temas en los que más se nota ese choque es en el de la paz. Mientras el Centro Democrático pide modificarlo, el presidente ha ordenado al alto consejero para la estabilización que la implementación del acuerdo de paz siga por buen camino.
Los retos económicos que el Gobierno no ha logrado consolidar
Hace un año, cuando el mandatario tomó posesión, se comprometió con un programa de gobierno basado en la legalidad, el emprendimiento y la equidad. En su momento, dijo que reactivaría la economía teniendo en cuenta que su antecesor había dejado muy malos índices en este tema.
Entonces pensó que bajándoles las cargas tributarias a las empresas la economía en el país tomaría un impulso y se generaría más empleo. Pero el camino ha sido más difícil de lo que se pensaba.
Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, explicó el tema. “Todo empezó con la ley de financiamiento. Mientras todo el mundo debatía sobre si subía o no el
IVA, que finalmente no sucedió, sin que se hiciera demasiado ruido se prometieron unos enormes recortes de impuestos a las empresas en 2020”. Dice el experto que aún no se han empezado a pagar esos recortes y el Gobierno no sabe muy bien de dónde sacará el dinero para cubrir el hueco que dejen.
En cuanto al desempleo, los últimos meses la cifra ha sido de dos dígitos. Recientemente el exministro Juan Camilo Restrepo explicó que en un año casi un millón de empleos dejaron de existir. Es decir, se han presentado casos en empresas en los que la gente se va y no vuelven a contratar a alguien en ese cargo. “No es que haya más demanda, sino menos oferta”, indicó Restrepo.
¿Qué tanto han servido los 22 viajes de Duque al extranjero?
Más de 20 viajes al extranjero ha realizado Iván Duque en 12 meses. Las críticas a este aspecto de su gobierno se encaminan a que ha pasado más tiempo fuera que dentro del país.
La pregunta es si los viajes han servido. Pues lo que se la ha criticado al presidente es la poca efectividad que han mostrado tener sus viajes, pues gran parte de la política internacional del mandatario se ha enfocado en Venezuela y el refuerzo del apoyo a Juan Guaidó y la revolución en contra de Maduro.
Otro de los tópicos de los viajes se han enmarcado en acompañar a mandatarios recién posesionados y otros de visitas de Estado, como la que hizo a Reino Unido, en donde se entrevistó con Theresa May, que iba de salida en el Gobierno británico, lo cual no sirvió mucho a los efectos diplomáticos. También se dio la visita al Vaticano, criticada por la cantidad de amigos que le acompañaron y en donde no se selló ninguna alianza, más allá del carácter religioso.
Sin embargo, el viaje a China, sí dejó muy buenos acuerdos.
La visita diplomática fue de negocios y el Gobierno logró sacar adelante exportaciones de productos agrícolas, como el aguacate hass y el banano.
Además, uno de los avances en materia penal se firmó con la petición de Duque de traer a los colombianos presos en China a que cumplan su condena en el país, siempre y cuan- do los delitos existan en los dos países.
Mientras las cifras se contradicen, a los líderes los siguen matando
Diferentes organizaciones sociales que llevan un conteo de los líderes sociales asesinados en el país desde la firma de la paz señalan que la cifra es mayor a la que anuncian las entidades estatales.
Por ejemplo, un estudio del Instituto de Estudios sobre Paz y Desarrollo (Indepaz) y el movimiento político Marcha Patriótica sostiene que ya son más de 700 líderes sociales y 135 excombatientes de las Farc asesinados desde 2016, año en el que se firmó el acuerdo de paz.
En cuanto a la Defensoría del Pueblo, ellos dicen que al menos 462 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesina- dos entre el 1.o de enero de 2016 y el 28 de febrero pasado.
Mientras que la ONG Somos Defensores dice que los asesinatos de defensores aumentaron casi un 50% en 2018 en medio de la impunidad. Esto, teniendo en cuenta que en tres de cada cuatro casos no se establece la autoría del crimen.
Pese a estas cifras, el presiden- te Duque aseguró que durante su primer año de mandato se registró “una reducción del 35% en esos asesinatos, comparado con el periodo inmediatamente anterior”.
¿Qué se ha hecho?
Recientemente el mandatario explicó en qué han consistido sus polí- ticas de protección para los líderes sociales del país. Para empezar, identificaron que en Colombia hay siete millones de personas que pueden ser consideradas como líderes en sus comunidades. A partir de ahí se estudiaron casos de amenazas para entregar esquemas de protección. La Unidad Nacional de Protección tiene capacidad para 7100 esquemas de seguridad, de los cuales 5100 están dotados de personal armado. De esa cifra, el 56% está destinado a los líderes.
Por eso el mandatario manifestó que para su protección “es necesario el apoyo de los alcaldes y los gobernadores”.
Contrario a lo que dice el uribismo, Duque sí le está apostando a la paz
El consejero para la Estabilización y Consolidación de los territorios, Emilio Archila, asegura que desde que recibió la Alta Consejería, la orden que ejecuta es la de imple- mentar los acuerdos de paz con las Farc. Resalta que los proyectos productivos se incrementaron en solo 12 meses de gestión y que las cifras de embarazos entre los ex- combatientes creció. “Hoy, en los Etcr, hay 2500 niños de los cero a los cinco años y tras el censo que hicimos notamos que el 74% de los excombatientes siente que su futuro es prometedor. Eso es positivo”, comenta Archila.
A pesar de lo político, desde al Consejería, la nueva división institucional ha conseguido mejor y mayor cobertura en los espacios ocupados por los excombatientes, pero hay más, según ellos. “Para el Gobierno de Iván Duque la paz tiene que ser completa. En esa medida, nos adentramos en los territorios más golpeados por la violencia y con eso seleccionamos los 170 municipios víctimas de la violencia en donde se adelantan los Pdet, para el desarrollo de las regiones”, cuenta Archila. La búsqueda de recursos ha sido importante para la Consejería y aseguran que la rendición de cuentas ante la OEA ha dado buen balance. Los retos que tienen por delante son los de garantizar la seguridad de los excombatientes en todo el territorio nacional, lograr la participación política de excombatientes y víctimas.
La sostenibilidad de los procesos de paz y de estabilidad, es decir, que los excombatientes sigan adheridos al proceso, es uno de los ítems a revisar y garantizar la seguridad de los más de 10.000 que hay en todo el país.
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