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Así será la emotiva despedida de María del Pilar Hurtado

Sus hijos y amigos la despedirán… ¿y luego qué?

Con un sencillo acto que estuvo marcado por el rechazo al asesinato de líderes sociales en Colombia, fue despedida este lunes en Puerto Tejada, su tierra natal, María del Pilar Hurtado Montaño, la mujer cuyo brutal crimen conmueve desde hace tres días al país.

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El féretro con el cuerpo de Hurtado, de 34 años y madre de cuatro menores de edad, fue llevado esta tarde por familiares y amigos vestidos de blanco y con pancartas contra la violencia desde su casa materna, ubicada en el modesto barrio Granada, hasta la iglesia local para la exequias.

Hurtado fue asesinada delante de su hijo de nueve años el pasado viernes cerca de su casa en Tierralta, un pueblo del caribeño departamento de Córdoba donde se había establecido años atrás en busca de la mejor vida que no encontró en Puerto Tejada.

El crimen sensibilizó a los colombianos por los desgarradores gritos del niño que quedaron registrados en un vídeo, escena de dolor que se repitió hoy en Puerto Tejada, esta vez protagonizada por Juana Montaño, madre de Hurtado que por momentos pareció desfallecer.

«No puede ser» y «Mi hija no», repetía Montaño abrazada a familiares cuando se preparaban para sacar el féretro de su casa, donde fue velada desde el domingo hasta la tarde de hoy y al que acudieron familiares, vecinos y algunos políticos para despedirla.

Antes de salir, Montaño y familiares entonaron cantos religiosos y rezaron el rosario ante el féretro en medio del sofocante calor propio de esta parte del suroeste colombiano.

En el camino hacia la iglesia, cerca de un centenar de personas con camisetas blancas, globos del mismo color, banderas y pancartas se sumaron al cortejo fúnebre de Hurtado que, según organizaciones sociales, era una líder social que estaba amenazada.

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Pancartas en las que se podían leer frases como «No más líderes asesinados», «El respeto por el derecho ajeno se llama paz» y «La ira de Dios se revela contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad» fueron enarboladas por los asistentes.

También siguieron la procesión fúnebre los hijos de Hurtado, todos niños, que fueron transportados ayer en un avión del Ejército a Cali y posteriormente viajaron por tierra a Puerto Tejada en compañía de una psicóloga y personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) que les dan acompañamiento tras el asesinato de su progenitora.

Al funeral asistieron igualmente los congresistas de la Comisión de Paz del Senado Roy Barreras y Temistocles Ortega.

«Este sepelio de María del Pilar tiene que enviar un fuerte mensaje a los colombianos. No puede seguir siendo esta una sociedad anestesiada, en donde una madre es asesinada frente a su hijo y no hay quien abrace o consuele a ese niño», dijo Barreras a periodistas.

Indignado, el senador anunció que el próximo jueves la Comisión de Paz irá a Tierralta para conocer de cerca el caso de Hurtado y pidió a las autoridades «dejar de descalificar a la víctima».

Desde que se conoció el asesinato de la mujer son varias las hipótesis que se manejan acerca de los motivos del crimen y lo cierto es que las investigaciones no avanzan al igual que tantas otras en Colombia.

En un primer momento se indicó que Hurtado formaba parte de un grupo de personas que invadió un terreno del padre del alcalde del municipio de Tierralta, Fabio Otero, quien se apresuró a decir que la mujer «no era una líder social».

Luego, la gobernadora de Córdoba, Sandra Devia, sostuvo que al parecer el caso «estaría relacionado» con una venganza de un cabecilla del Clan del Golfo, la principal banda criminal del país.

Sin embargo Andrés Chica, director de la Fundación Social Cordoberxia, que denunció el asesinato, dijo a Efe que la mujer asesinada «no pertenecía a una organización social campesina pero sí tenía un liderazgo dentro de su comunidad en el marco de la invasión de un predio».

Ante la confusión, el alto consejero para los Derechos Humanos de Colombia, Francisco Barbosa, aseguró hoy que «debe haber una respuesta rápida porque el país la está esperando».

«No puede ser tolerable que un colombiano, independientemente de si es líder social o no, sufra una circunstancia como esta que llenó de dolor al pueblo», afirmó.

Y mientras Hurtado era sepultada, el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), en el que se convirtió la antigua guerrilla, denunciaba el asesinato de otro de sus integrantes, esta vez en el departamento de Nariño (suroeste).

«Hoy Servio Delio Cuasaluzan Guanga, integrante del partido FARC en proceso de reincorporación, fue asesinado en el municipio de Ricaurte, en el departamento de Nariño. Es evidente la sistematización y la falta de garantías para los firmantes de la paz», dijo en Twitter el senador y exguerrillero Pablo Catatumbo.

Según un informe de la ONG Instituto de Estudios sobre Paz y Desarrollo (Indepaz) y el movimiento político Marcha Patriótica, ya son más de 700 líderes sociales y 135 excombatientes de las FARC asesinados desde 2016, año en que se firmó el acuerdo de paz.

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