Laura Arboleda pasó al estrado en el juicio contra su esposo, Francisco Uribe Noguera, y su cuñada Catalina. La mujer narró el duro momento cuando una agente del Gaula la llamó y descubrió el secuestro de Yuliana Samboní. El secuestrador fue su otro cuñado, Rafael.
Según Arboleda, ella conoció del caso porque su vehículo resultó «inmerso» dentro de la desaparición de una niña. Aunque ella creyó que era una llamada para tratar de estafarla, tuvo que comunicarse con su esposo. Tras comunicarse de nuevo con la agente del Gaula, trataron de localizar a Rafael Uribe Noguera.
Rafael se había ido con la camioneta de Arboleda al barrio Bosque Calderón. Allí había secuestrado a la pequeña Yuliana, y la había llevado a un apartamento de su propiedad. En el edificio Equus 66, dejó parqueado el vehículo y subió a la niña.
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Laura Arboleda se encontraba en un bazar del colegio con sus hijas. Las llevó a su casa y luego fue con Catalina Uribe Noguera al edificio Equus 66. Unas horas después Francisco le dijo que «el carro no aparece y parece que está metido en un tema de una niña chiquita que no aparece».
La familia estaba desesperada por la situación. «Empezábamos a ver y dijimos ‘este tipo no aparece’. Mi suegro estaba pálido sin poderse mover». Posteriormente, entraron al edificio, no sin antes pelear con el vigilante. Rafael habría pedido que no lo molestaran.
Así también lo declaró Nini Johanna Ruiz, quien trabaja frente al edificio Equus 66. Aseguró en medio del juicio que vio a Catalina peleando con el celador para tratar de ingresar al apartamento donde ocurrió el crimen.