El testimonio de Rafael Uribe Noguera en el juicio contra sus hermanos narró cómo ocultó el cuerpo de Yuliana Samboní.
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A puerta cerrada y en medio de fuertes medidas de seguridad, Rafael Uribe Noguera apareció. El condenado a 58 años de cárcel por la violación y homicidio de Yuliana Samboní el 4 de diciembre de 2016 testificó en defensa de sus hermanos, Francisco y Catalina.
Desde la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, Uribe Noguera dijo que no recuerda bien los hechos del homicidio. Lo que recuerda empezaría con varias llamadas de sus hermanos «Tengo cualquier cantidad de llamadas y mensajes, creo que leí algunos y veo que me están buscando afanadamente. Minutos después de recibir tantas llamadas, decido contestar el celular y es mi hermana Catalina, me dice que me está buscando el Gaula, que dónde estoy», dijo.
«Yo le miento y le digo que estoy en la casa de una amiga. Ella me pregunta que dónde está mi carro y yo digo que está en el parqueadero de Equus 66”, dijo. Luego, decidió esconder el cuerpo de la niña en el jacuzzi de su apartamento.
El crudo testimonio de Rafael Uribe Noguera en defensa de sus hermanos
«Alzo el cuerpo de Yuliana y voy y lo escondo (…) antes o después cojo la ropa de ella y la escondo en la cisterna del baño principal del apartamento. Me salgo al balcón del segundo cuarto del apartamento, del cuarto auxiliar (…) piso estaba muy engrasado con aceite y tomo un trapero de la cocina y trato de limpiar”, según W Radio.
“Francisco me suplicaba que lo dejara entrar, si no, le iba a tocar subir y se podía matar. Yo escuchaba a Catalina llorando y pidiéndome que abriera la puerta. Yo salgo al balcón que da sobre la calle 66, estaba pensando en tirarme. Francisco entra por el balcón, me empieza a gritar que qué hice con la niña, que si le pasó algo”, aseguró.
Luego, Francisco le pregunta a Rafael Uribe Noguera por el paradero de la niña. «Le dije que no sabía, que cuál niña. Yo después fui cambiando mi versión y le dije que la niña se había bajado en unos puentes de la 65 con Circunvalar. Luego le dije que se había tirado. Llegando a la Clínica Navarra, yo voy tratando de descifrar qué pudo haber pasado y ahí llego a la conclusión de que la niña está muerta y le digo a Francisco. Él se toma la cabeza y empieza a llorar. Ya en la clínica, Francisco me pregunta que dónde está la niña”.
El testimonio de Rafael Uribe Noguera buscaría salvar a Francisco y Catalina, acusados de ayudar en el crimen.
