José Guillermo Hernández, esposo de María Mónica Urbina asesinado este jueves, había ya enfrentado la muerte. En tres oportunidades había enfrentado atentados contra su integridad. La suerte se le acabó al intentar enfrentarse contra un robo de su costoso reloj en el estado de Minas Gerais.
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La misma suerte lo había acompañado en 2011. Cuando preparaba su boda con la exreina, Hernández fue víctima de una explosión en Valledupar. Un artefacto explosivo detonó muy cerca al medidor de gas de su casa. El ganadero, según El Tiempo, había recibido otros dos atentados.
Además, Hernández y Urbina ya habrían sido robados en Bogotá. Un asaltante los persiguió desde el Aeropuerto El Dorado hasta un restaurante en la calle 116. Allí le hurtó un reloj Rolex de oro avaluado en casi 50 millones de pesos.
El esposo de María Mónica Urbina estaba en la feria Expo Cebú en la localidad de Uberaba, Minas Gerais. Hernández, uno de los criadores de ganado cebú y brahmán más destacados de la Costa, había sido invitado para esta feria, la más importante de Brasil.
Según el diario, luego de seis días de feria había salido en la noche del miércoles con una acompañante y tomado un taxi. El taxista había declarado que no entendía las indicaciones del esposo de María Mónica Urbina. Se habría detenido para mirar la ubicación en el GPS del celular de Hernández, cuando una moto los interceptó y disparó contra el ganadero.
Pero, según la acompañante habría asegurado a la Policía, el conductor habría sido cómplice del robo. Se detuvo sin razón alguna para facilitar la intercepción de su vehículo. Tampcoo habría mirado en ningún momento el celular.