Los bomberos de París no están seguros de que se pueda detener la propagación de las llamas por la cubierta de la catedral de Notre Dame de París y señalaron que, si el fuego alcanza las torres, las consecuencias son imprevisibles.
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El secretario de Estado francés de Interior, Laurent Nuñez, presente en el lugar de los hechos, afirmó que la salvación del monumento «no está asegurada».
Un portavoz de los bomberos, Jean-Claude Gallet, dijo que la prioridad se centra ahora en evitar que se derrumbe la torre norte de la catedral, lo que podría acabar con buena parte del edificio.
En las labores de extinción del incendio, que se declaró poco antes del cierre del monumento al público, participan 400 bomberos y hay 18 cañones de agua y medios aéreos y acuáticos desde el cercano río Sena.
El presidente francés, Emmanuel Macron, acudió a los alrededores de Notre Dame de París para seguir el trabajo de los bomberos acompañado por el primer ministro, Édouard Philippe.
Otros miembros de su Gobierno, entre ellos la ministra de Defensa, Florence Parly, el titular de Cultura, Franck Riester, y el secretario de Estado de Interior, se trasladaron igualmente al puesto de mando desde donde se supervisan las operaciones.
Antes de desplazarse hasta la catedral, el jefe del Estado había decidido aplazar un discurso de gran importancia que debía retransmitirse por televisión y en el que se esperaba el anuncio de medidas para intentar cerrar la crisis de los «chalecos amarillos» abierta hace cinco meses.
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La Fiscalía de París ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del incendio que afecta a gran parte del tejado de la catedral de Notre Dame de París.
La Policía Judicial ha sido la encargada de investigar los motivos del incendio, que se declaró en el techo del templo, y que todavía continúa.
Según los primeros elementos, el incendio se declaró en la parte del techo de la catedral, que estaba siendo sometida a una restauración.
Las llamas afectaron en un primer momento a los aledaños de la aguja central, añadida en el siglo XIX al templo medieval.
Los bomberos tuvieron dificultades para acceder a la catedral, lo que hizo que las llamas se extendieran por todo el armazón que sujeta el techo, que poco a poco fue pasto de las llamas, que también afectaron a algunos arbotantes.
En el momento del incendio la catedral ya había cerrado a los turistas, pero las autoridades evacuaron todo el perímetro, así como parte de las viviendas adyacentes para evitar que fueran afectados por el humo.