Una verdadera tormenta política desataron las objeciones del presidente Iván Duque a seis puntos de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que anunció el domingo en la noche.
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El anuncio no tomó por sorpresa a nadie. Desde hace semanas se había hablado de la posibilidad de que la objetara y los fuerte comunicados de su colectividad no dejaban duda (u opción) al presidente, que tenía la posibilidad de sancionar la ley estatutaria y apuntarle a apoyar sin condiciones la paz firmada con las Farc.
Sin embargo, varios sectores se pronunciaron y entre críticas y ‘bendiciones’, se mueve un maremoto político que medirá el pulso y lo que tiene Iván Duque en el Congreso, además de su partido.
La defensa de la JEP, tal y como quedó acordada en el acuerdo, se iniciará en varios sectores, pero lo interesante, para muchos, será determinar qué papel jugarán partidos como el Liberal, defensor del proceso de paz; o como Cambio Radical, que ha mostrado con el distanciamiento de Germán Vargas Lleras del Gobierno, un nuevo matiz, que sería importante de ver.
La decisión de Duque, más allá de las implicaciones en el acuerdo, medirá, de una vez por todas, el capital político del uribismo en el Congreso, que tendrá que decidir si acepta las objeciones o reafirma la JEP.
Además de su partido y sectores del cristianismo y el conservatismo duro, Duque tendrá que conseguir votos en los sectores liberales y de Cambio Radical, este último, como el partido que podría decidir, de cara a las votaciones en el Senado, si aprueba las objeciones.
Los opositores, que no podrían lograr mayorías, deben buscar a senadores del ala ‘santista’ del Partido de la U y de los liberales que decidirán en estos días.
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Así, será importante que estas fuerzas se consoliden en Cámara de Representantes, en donde el Gobierno la tiene más complicada, por la distribución política de la cámara baja.
Quienes jugarán un papel importante serán los dos presidentes de las corporaciones que tendrán que citar a los debates hasta el 16 de diciembre. Si la decisión es diferente en las dos corporaciones, el proyecto se archivará y la JEP funcionará tal y como lo viene haciendo. Si el debate no alcanza a darse antes de la fecha, también será archivado.
En cualquiera de las dos cámaras se necesita la votación de la mitad de los congresistas más uno para aprobar o rechazar las objeciones.
Pues en el Congreso, los votos que se necesitarían, sobre cuentas políticas serían los de Cambio radical, que podrían inclinar la balanza sobre una de las dos partes.
Así, lo que decida y contemple mejor, Germán Vargas Lleras, sería el político con gran influencia para demostrarle a Duque si tiene poder en el Congreso o no le alcanza.
Cabe recordar que Vargas Lleras no ha tenido reparo en irse en contra del Gobierno y que las elecciones locales, podrían jugar un papel interesante en esta decisión que se avecina.