Miles de personas salieron a la marcha contra el terrorismo. Sin embargo, la movilización que muchos prometieron que uniría a los colombianos en torno a las víctimas fue un hito más que marcó las grietas políticas e ideológicas del país, porque, aunque sectores gobiernistas y de oposición marcharon juntos, las consignas fueron totalmente diferentes.
PUBLICIDAD
Hacia el mediodía, el presidente Iván Duque llegó a la plaza de Bolívar, acompañado por su esposa y ministros. En plena misa por las víctimas del atentado con carro bomba, el presidente dejó entrever que su política, de ahora en adelante, será la de la mano dura y una guerra frontal contra el Eln, tras cerrar todas las posibilidades de diálogo con esa guerrilla.
“Venimos a pedir por sus familias, a rendir homenaje a la Colombia que no quiere más violencia, a una Colombia que se quiere construir edificada en la paz con legalidad. Venimos ante este altar de Dios no solo a honrarlos y a recordarlos, sino también a enviar como sociedad un sonoro e inequívoco mensaje al mundo: rechazamos el uso del terrorismo como chantaje y el uso de la violencia como mecanismo de presión a la sociedad”, señaló el presidente.
Las dos marchas
Desde que se conoció la convocatoria a las movilizaciones, el ambiente se polarizó por cuenta de las manifestaciones políticas de diversos sectores en redes sociales.
La primera estocada llegó con el posicionamiento del hashtag #UribeColombiaEstáContigo. El rechazo y apoyo mostró que la movilización que sería por las víctimas tendría un claro tinte político que avivaría aún más la polarización del país.
El Gobierno fue el claro protagonista de la manifestación y junto al Centro Democrático propuso una agenda ideológica que trae a la memoria la marcha de febrero de 2008, que el entonces presidente, Álvaro Uribe, capitalizó como uno de los apoyos más grandes a su programa de guerra contra las Farc.
PUBLICIDAD
Casi 11 años después, Uribe fue protagonista de la movilización que esta vez se dio en contra del Eln y así reafirmó su consigna.
“‘Insistir en la paz’, a su manera, con impunidad, exaltación del narcoterrorismo, curules, sin hacer respetar a los soldados y policías. Seguramente también quisiera insistir en la ‘mermelada’ corrupta, en el derroche y en los recursos de Odebrecht”, fue el mensaje de Uribe para quienes hablaron de un mensaje de paz en medio de la movilización, que estuvo marcada por la segregación a quienes se manifestaron en contra de la guerra.
La logística de la entrada a la plaza de Bolívar se vio restringida para que un equipo de progobiernistas, encabezado por Duque y el Centro Democrático, lideraran el acto. Sobre esto hubo denuncias que señalaron que activistas no pudieron ingresar por tener pancartas con mensajes en contra del Gobierno, o con apoyo a las familias de líderes sociales asesinados.
Así lo denunció Julián Sastoque, líder juvenil, que manifestó que fue justamente la Policía la que impidió la entrada al evento principal y hasta rompieron pancartas con consignas en contra del gobierno de Iván Duque.
Por su parte, políticos de la oposición apoyaron la manifestación con la consigna de ‘La vida es sagrada’, pero no marcharon junto al Centro Democrático, así, terminaron en una movilización alterna.
Políticos como Jorge Robledo, Antanas Mockus, Angélica Lozano, Ángela Robledo y Sergio Fajardo se movilizaron principalmente en contra de la guerra.
“Hoy hubo quienes marchamos por la paz, por las víctimas y contra el odio. Hubo quienes convocados por las mismas causas marcharon por más guerra y exacerbaron su odio”, señaló la representante Robledo.
La violencia se tomó las calles
Mientras en tarimas, camisetas y pancartas se llevaba un mensaje de paz y cero violencia, en las calles se vivió un ambiente hostil para quienes asistieron a la congregación y que no eran partidarios del Gobierno.
“No hay ‘negoceo’, plomo es lo que hay”, “o te quitas la camiseta o te pelamos”, “guerrilleros asesinos”, fueron algunas de las arengas que se registraron en la marcha denominada por la paz y que se volvieron mensajes intolerantes que se replicaron en las redes sociales y en la movilización.
Uno de los actos que más indignación despertó fue la agresión contra un menor de edad, en Medellín, que portaba una camiseta rechazando la guerra de Duque y Uribe. Un hombre lo amenazó de muerte y otro lo golpeó.
El expresidente Juan Manuel Santos también fue atacado con insultos, mientras hacía presencia en la manifestación, que, se dijo, era pacífica. Varios fueron los mensajes por la unidad que se quedaron en palabras.
Los que no marcharon
Gustavo Petro fue uno de los políticos que decidió no marchar por las calles y sí lanzar fuertes críticas contra el planteamiento de la movilización, que entendió como un mensaje de guerra y no de paz.
“La decisión de acabar los procesos de paz matará más policías, más soldados, más colombianos. No puedo acompañar al presidente Duque en ese propósito. Todo para la paz, nada para la guerra”, señaló el senador en su cuenta de Twitter.
Así, fueron muchos los que decidieron no marchar, bajo el argumento de que la movilización era motivada por decisiones políticas y así impulsaron el hashtag #YoNoMarchoConElUribismo, que fue tendencia nacional, con más de 30.000 tuits de apoyo.
Candidatos marcharon
A 10 meses de las elecciones locales, precandidatos participaron en las movilizaciones y lideraron las caminatas en lo que muchos denominaron proselitismo político y tildaron de “oportunismo”.
En Bogotá, entre los más visibles se destacaron los precandidatos a la Alcaldía por el Centro Democrático, Samuel Hoyos, Diego Molano y Ángela Garzón. Así como los de la Alianza Verde, Antonio Navarro y Claudia López, y por el progresismo, el concejal Hollman Morris. En Medellín, nombres como el de Alfredo Ramos del uribismo aprovecharon la marcha para fotografiarse sonrientes con los manifestantes que como miles portaron consignas en pro de la Policía y en contra del terrorismo.