En una fosa común, con las piernas separadas del resto del cuerpo y semicubiertos de tierra y piedras fueron hallados los cadáveres de dos campesinos en una finca de Tuluá, Valle del Cauca.
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Las investigaciones de este hecho, que ocurrió a finales de agosto, señalaron como responsable a un joven que habría entrado al terreno con el objetivo de robarse una carga de café.
El presunto homicida, identificado como Cristian David Quevedo, fue capturado esta semana en un municipio de Caldas y enviado a la cárcel por el juez.
“De acuerdo con la inspección técnica preliminar, los cuerpos presentaban heridas ocasionadas con cuchillos y desmembramiento de sus piernas para poder meterlos en las dos fosas”, dijo la Fiscalía en un comunicado.
Los dos hombres asesinados fueron identificados como Sigifredo Osorio Gutiérrez y Leovigildo Antonio Ramos, quien era el propietario de la finca donde se cometió el crimen.
El recuento de los hechos indicó que dos sujetos encapuchados ingresaron a la finca en horas de la madrugada y atacaron con armas cortopunzantes a los hoy occisos.
Momentos después, ataron a la esposa del dueño del terreno y a un menor de edad, a quienes sacaron de la finca. La mujer logró escapar y dio aviso a las autoridades del sitio en el que había sido enterrado su compañero sentimental.
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Aunque Quevedo no se allanó a los cargos, deberá cumplir con la medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en establecimiento carcelario por los delitos de homicidio agravado en concurso con hurto calificado agravado.
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