La segunda fase de la Séptima peatonal tiene un retraso en tiempos de 16%.
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Así lo informó el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), tras recalcar que debido a estos incumplimientos “con el cronograma de obra y a problemas financieros”, se adelanta un proceso sancionatorio contra el consorcio ‘Peatones Go’, firma que adelanta la peatonalización de la Séptima, entre la Avenida Jiménez y la calle 26; y entre la Casa de Nariño y la Plaza de Bolívar, en el Centro de la ciudad. La sanción podría ser pecunaria, no obstante, esta se definirá más adelante.
Vale recordar que la segunda fase de la Séptima peatonal contempla la construcción de 33.520 metros cuadrados de espacio público, y 1.1 kilómetros de CicloRuta.
Según lo informado, los problemas financieros atribuibles netamente al contratista “no han significado un sobrecosto para el Distrito”.
Por su parte, el consorcio a cargo de la construcción de esta segunda fase manifestó al IDU “problemas financieros que le impiden finalizar la obra cumpliendo los cronogramas establecidos y una falta de capacidad operativa o número de trabajadores necesarios para cumplir a cabalidad con el contrato”.
Por lo tanto, la entidad del Distrito evalúa medidas para enfrentar esta crisis (ver recuadro).
Los más afectados (segunda fase de la Séptima peatonal tiene un retraso en tiempos de 16%)
El IDU indicó que la obra actualmente tiene un avance general del 36% y desde que inició su construcción, en el mes abril de 2017, “no ha sido suspendida en ninguna ocasión”.
Sin embargo, Luz Dary, quien hace aproximadamente 15 años tiene un puesto “de todo un poco” en un tradicional pasaje del Centro, se siente afectada porque “descansan más de lo que trabajan. Las obras no avanzan nada y eso es muy perjudicial para las ventas”.
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En el mismo recorrido por la zona, también salieron a flote denuncias por hechos de intolerancia, que han incrementado a raíz de los retrasos, como lo advirtió Darwin, un cantante que frecuenta hace unos 15 años la Séptima para trabajar: “las obras hacen que las vías queden más estrechas, entonces hay más discordia entre vendedores y artistas, por el espacio reducido. Para evitar ese conflicto a veces me voy a trabajar a otros lugares”.
Por su puesto que hay algunos que ven el lado positivo, como ‘Tamacún’, un conocido vendedor ambulante del sector, quien asegura que los trabajos que se adelantan no lo han afectado, porque “así esté encerrado, la gente se reparte y uno igual. Todos vendemos, no importa si hay tierra, fango o arena, igual se vende”.
Eso sí, los trabajadores y artistas de la Séptima coinciden en que los arreglos de la segunda fase son necesarios para el emblemático corredor capitalino. No están en contra de su avance, pero si de las demoras.
Así lo expresa Manuel, un pintor que por lo general se ubica frente al parque Santander (carrera 7 #15) para ganarse la vida: “es difícil, porque los arreglos nos hacen mover a cada rato. Ojalá los terminen rápido para que el trabajo mejore”.
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