El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que dejará el cargo el próximo 7 de agosto, se va satisfecho porque siente que entregará a su sucesor, Iván Duque, un país mejor que el que recibió hace ocho años, especialmente por la firma de la paz con las FARC.
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«Yo quedo muy satisfecho de entregar un país en paz, un país sin FARC. Un país con mucha menos pobreza, con una pobreza extrema por la mitad, un país menos desigual», dijo en una entrevista con Efe en la que hizo un balance de su gestión.
Santos reconoce que le gustaría «haber hecho más», puesto que a pesar de los avances todavía hay «demasiada pobreza» en el país, es necesario «bajar la tasa de desempleo a pesar de que creamos tres millones y medio de empleos» y quedan por hacer muchas mejoras en materia de salud y educación, entre otras áreas.
«Siempre quedan cosas por hacer, esa es la frustración de cualquier gobernante, pero lo importante es que estamos entregando un país mucho mejor de lo que recibimos hace ocho años. Eso es lo que yo creo que cualquier gobernante aspira y en eso me siento muy satisfecho», añadió.
El presidente, que habló con Efe tras concluir su primera reunión con Duque sobre la transición del Gobierno, dijo que su sucesor debe «construir sobre lo construido» a pesar de que cimentó su triunfo en las elecciones del pasado domingo en el discurso de opositor como candidato del partido uribista Centro Democrático.
«Creo que lo que le conviene al país es una transición tranquila, una transición sin contratiempos, sin dificultades», dijo sobre el proceso puesto en marcha con Duque, con quien ya trabajó en el pasado.
En su encuentro de hoy le recomendó que en vista de que su mandato es de cuatro años, «no se enrede en temas que le van a quitar mucho de ese tiempo, que le pueden quitar gobernabilidad» y por lo tanto debe escoger los asuntos prioritarios y sacarlos adelante.
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Sobre su relación con su sucesor, Santos espera que sea mínima porque a diferencia de su antecesor, Álvaro Uribe (2002-2010), no piensa «intervenir en política» una vez salga de la Presidencia.
«Yo voy a ser más bien como Belisario (Betancur)», presidente en el periodo 1982-1986 que una vez dejó el cargo se retiró de la política para dedicarse a la cultura.
Sobre el vínculo de Duque con Uribe, expresó su deseo de «que el presidente electo sea quien tome las decisiones, sea él quien gobierne y que no se deje manipular o manosear o influir por nadie».
«No sé realmente a estas alturas qué vaya a hacer el expresidente Uribe (…) Esperaría que dejara gobernar al presidente electo sin interferencias. Siento que le conviene al país, siento que le conviene al Gobierno que va a entrar y le conviene a la democracia colombiana».
En contraste con el uribismo, una fuerza que ha ocupado la escena política colombiana en este siglo, Santos no deja un movimiento alrededor de su figura.
«No, no va a haber un santismo porque yo no soy caudillo, no me interesa mantenerme aferrado al poder, no quiero buscar tener un pedacito de poder en el próximo Gobierno y desde ya le digo clara y tajantemente: el santismo no existe y no existirá», sentenció.
Con respecto al acuerdo de paz con las FARC, al que Duque quiere hacerle «modificaciones», Santos confía en que «no corra ningún tipo de riesgo».
«El presidente electo me ratificó que va a continuar con el proceso de paz y es que tiene que continuar, ahí no hay mucho margen de maniobra (…) Él me expresó que si hay algunos cambios que mejoren los acuerdos pues se hacen, pero tiene que ser de manera consensuada», manifestó.
EFE.