En junio de 2014, cuando el Acuerdo de Paz con las Farc estaba cerca de ver la luz, el presidente Juan Manuel Santos hizo una promesa: “de firmar la paz, eliminaré el servicio militar obligatorio”, dijo ante varios medios de comunicación. Este tema es sensible: según cálculos del Ejército, en Colombia hay por lo menos 650.000 remisos: personas que no prestaron servicio militar y tampoco pagaron la libreta. Vivir sin libreta militar implica estar en una suerte de clandestinidad, no solo por los obstáculos laborales, sino por las multas, sanciones y batidas del Ejército.
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En octubre del año pasado, Santos sancionó la Ley 1861, la cual modifica el servicio militar y abre un “régimen de transición para los remisos”. Aunque no eliminó el servicio militar obligatorio, el gobierno sí estableció cambios importantes: para los remisos eliminó las multas (que en algunos casos alcanzaban los 15 millones de pesos) y fijó un valor del 15 % de un salario mínimo para que los remisos puedan obtener la libreta militar. Para los bachilleres (cerca de 75 mil ingresan anualmente a las filas del Ejército) también cambiaron las condiciones: el valor de la libreta para los jóvenes de menos ingresos pasó de 485.000 pesos a 145.000 pesos. Para los jóvenes con familias que tienen un patrimonio superior a los 1.000 millones de pesos, el valor máximo de la libreta quedó en 29 millones de pesos.
Que este régimen de transición se traduzca en un cambio profundo en el servicio militar dependerá en buena medida del próximo gobierno. En la campaña presidencial previa a la primera vuelta se escucharon varias propuestas, como la de cambiar el servicio militar por un servicio social remunerado; idea que propuso Humberto de la Calle. Germán Vargas Lleras, por ejemplo, respaldó el servicio militar obligatorio y propuso un servicio social en las áreas rurales. Con Gustavo Petro e Iván Duque se presentan dos posturas diferentes frente al tema que incluso han cambiado con el paso del tiempo.
Iván Duque: el servicio militar se mantendría obligatorio
El candidato presidencial del Centro Democrático ha intentado no referirse al tema en los debates y tampoco ha sido específico en sus propuestas. En materia de seguridad señala, por ejemplo, que una de sus prioridades será “restaurar el honor y la moral militar” con propuestas como el “fortalecimiento de la justicia penal militar” y los “beneficios para uniformados y reservas”. En referencia al servicio militar, en abril pasado Duque aceptó que desea mantenerlo: “el servicio militar obligatorio ha contribuido a la generación de un vínculo entre la ciudadanía y la Fuerza Pública”.
El candidato del Centro Democrático le dijo a RCN Radio que “lo que habría que buscar es que el propio servicio militar obligatorio también vaya mejorando la capacidad para que los jóvenes bachilleres presten servicio social a través de la Fuerza Pública”.
El partido de Iván Duque, el Centro Democrático, ha sostenido una postura a favor del servicio militar obligatorio en los últimos años. En 2015, cuando se estudiaba la modificación del servicio militar, la senadora Thania Vega señaló que su partido defendería y protegería el servicio militar para evitar “una posible reducción de las Fuerzas Militares”, las cuales cuentan con 265.050 efectivos.
Gustavo Petro: un fin paulatino al servicio militar obligatorio
Desde que era alcalde de Bogotá, Gustavo Petro manifestó su rechazo al servicio militar obligatorio tal como está planteado. Lo hizo bajo la consigna de “el que no quiere ir a la guerra no tiene por qué ir a la guerra”. Petro rechazó las batidas del Ejército y apoyó el proceso de paz con las Farc para ajustar el sistema de seguridad nacional. Una de las propuestas de Petro que causó impacto fue la de cambiar el servicio militar obligatorio y permitir que todos los miembros de la Fuerza Pública cuenten con acceso a la universidad. El servicio militar, dijo, “se terminará de una vez por todas, en razón a que todos los jóvenes que han sido obligados a prestarlo, han perdido la oportunidad de estudiar en una universidad y desarrollar una carrera. En una etapa del posconflicto, necesitamos un Ejército profesional”.
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Como lo contamos en ¡Pacifista!, Petro propone una modificación al sistema de educación para los militares, el cual cuenta con instituciones como la Universidad Militar. Como alcalde de Bogotá Petro no alcanzó a sostener un diálogo fructífero con las Fuerzas Militares para replantear los protocolos de reclutamiento y la necesidad de reconocer el derecho a la objeción de conciencia. Teniendo en cuenta que los jóvenes representan el 28 % de la población colombiana, Petro propuso abrir el espectro de oportunidades para los jóvenes y conseguir que el servicio militar no sea la única opción.
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