“Cuando visitamos Zaruma, una población minera en Ecuador, lo que más me impactó fue ver a una mujer con un bebé que tenía la mirada perdida. Caminaban sin ninguna protección entre un campo de mercurio”, cuenta
David Kennedy, odontólogo retirado y ahora director de la compañía EmeraMed, que ha desarrollado un antídoto para que las víctimas de envenenamiento con este metal, puedan frenar su avance en el cerebro.
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Imagínese que le indican que uno de los materiales con los que trabaja es un alto contaminante y que cuando lo inhala, en su cuerpo se producen reacciones que desencadenan graves enfermedades como alzhéimer, o parkinson, ¿usted seguiría trabajando con el material, o pediría reemplazarlo?
Esta es la situación de millones de personas en el mundo que se han topado con el mercurio como un material que se se ha vuelto imprescindible en proyectos de minería, en especial de minería ilegal, pues es un metal que logra dividir el oro de otros metales para que sea más sencillo encontrarlo y agruparlo en pequeñas bolitas que se venden al mundo.
“Lo que la gente, muchas veces por ignorancia, no entiende, es que el mercurio mata. Venimos desarrollando una investigación por toda América y aterrizamos en Colombia por cosas de la vida y nos encontramos con que la situación es muy complicada en el país”, asegura Mónica Esteban, investigadora y relacionista pública de EmeraMed.
Kennedy y Esteban llegaron a Colombia y se encontraron con la grave problemática que toca a los pobladores y mineros de la costa caribe colombiana.
Y es que a finales de octubre se conoció el caso de 60 menores que resultaron intoxicados con el metal pesado en Puerto Colombia,
Atlántico, cuando compañeros lo encontraron en las tejas de su colegio y empezaron a jugar con él.
La situación es crítica para los estudiantes que ya han sido diagnosticados con intoxicación y ya presentan problemas de salud, que podrían catalogarse como serios a largo plazo.
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“Como vimos lo que sucedió y fue fortuita nuestra visita, queremos donar 60 tomas del antídoto que se desarrolló y que no está reglamentado en el país, pero necesitamos que nos ayuden desde MinSalud y desde Invima para la reglamentación y donar las tomas, en un programa que hemos llamado ‘Uso compasivo’”, asegura Esteban, quien está al frente de los trámites.
“Lo que hemos encontrado en Latinoamérica es que con mercurio se está contaminando el agua de poblaciones de escasos recursos, que se siguen usando las amalgamas para las muelas y el personal aún las pone sin protección y Colombia no es la excepción. La importancia de la regulación de la minería ilegal es importante y el trabajo para prohibir el uso del mercurio”, asegura Esteban.
Y es que Kennedy, en su paso por el país, busca sensibilizar a las autoridades ya la población en general, para que entiendan que el mercurio es un enemigo público y en muchas ocasiones el el causante de enfermedades que, creemos, son de origen hereditario”.
“Lo que mucha gente cree es que tiene parkinson porque esa es su genética, o que tiene alzheimer porque así le tocó y no asocian que vivieron toda su vida cerca a una mina de oro. El mercurio es como un asesino silencioso, porque no se puede establecer, rápidamente, que es el causante de males”, señala Kennedy.
Por ahora, el Puerto Colombia esperan que se pueda realizar la donación y que esto sirva para que Colombia inicie con su cumplimiento del Acuerdo de Minamata, que se creó luego de que una ciudad japonesa sufriera los estragos de la evaporación del mercurio y la muerte de cientos de personas que manipularon o estuvieron en contacto con uno de los metales pesados más peligrosos con los que tenemos que convivir y que explotamos inconscientemente.