El vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, trasladó un mensaje clave a Washington en la visita de una semana que concluyó hoy: su Gobierno pide confianza en su plan para reducir el cultivo de coca, el tema que más preocupa a EE.UU.
PUBLICIDAD
«Lo que les hemos dicho es que merecemos una oportunidad para probar que el plan que tenemos de erradicación forzosa manual y sustitución voluntaria de cultivos está dando resultados», explicó hoy Naranjo en una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo estadounidense, Mike Pence, en la Casa Blanca.
Con ese encuentro, Naranjo cerró cinco intensos días de trabajo en los que se reunió con otros altos representantes del Gobierno, congresistas, empresarios, centros de pensamiento y ONGs.
Su visita a la capital estadounidense tiene lugar en un momento en que tanto el Congreso de EE.UU. como la Casa Blanca han mostrado abiertamente su preocupación por el aumento en Colombia de los cultivos de coca, planta con la que se fabrica la cocaína.
De hecho, en el comunicado de la Casa Blanca sobre la reunión se explica que Pence insistió a Naranjo en «la necesidad de implementar técnicas de erradicación más efectivas para hacer caer los niveles de cultivo y producción».
No obstante, el vicepresidente estadounidense también «subrayó la importancia esencial de los esfuerzos antinarcóticos de Colombia, elogiando al vicepresidente Naranjo por el progreso reciente», según la nota de su oficina.
Por su parte, Naranjo celebró que nadie, ni en el Gobierno ni en el Congreso de EE.UU., le ha pedido durante su visita regresar ya a la aspersión aérea de los cultivos de coca.
PUBLICIDAD
«Después de decenas de reuniones con el Congreso, con el alto Gobierno, con agencias, regresamos (a Colombia) invictos, porque en ninguna conversación con esas autoridades, incluso con los congresistas, se nos ha hecho ninguna demanda de regresar a la aspersión aérea», explicó en una conferencia en el Wilson Center, previa a su encuentro con Pence.
Naranjo matizó estas afirmaciones en una rueda de prensa en la Embajada de Colombia en Washington celebrada después de su reunión con su homólogo estadounidense.
«Cuando digo invicto es que no hay una exigencia de que comencemos a hacer aspersiones. Lo que han dicho en distintos escenarios de esta visita es que, de llegar a fracasar el plan, lo que le piden a Colombia es que esté dispuesta a regresar a la fumigación», indicó tras ser preguntado al respecto.
«Como el plan no ha fracasado, porque ahora estamos avanzando, no hay una exigencia categórica de que hay que comenzar a fumigar ya», agregó.
Preguntado sobre qué se consideraría «fracaso» a ojos de EE.UU., Naranjo indicó que Colombia debe aumentar las incautaciones de cocaína pura, ya que «el tema de drogas no puede verse solo como un asunto de extensión de cultivos», sino que «lo fundamental es que menos cocaína llegue» al país norteamericano.
«Hay que mantener el balance del tema de la producción versus el tema de la incautación», apuntó.
Colombia compartirá «de manera permanente» información oficial con EE.UU. para que «de manera conjunta» ambos países hagan «evaluaciones sobre estos resultados» y verifiquen los avances, señaló en referencia a los resultados que arroja el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).
Preguntado por si EE.UU. ha exigido un plazo concreto para ver si el plan colombiano funciona, Naranjo dijo que «no hay fecha límite».
Otro de los mensajes que Naranjo se lleva a Colombia es el apoyo tanto de la Casa Blanca como del Congreso a la iniciativa de su país de conformar una «fuerza de tarea naval» en el Pacífico junto a EE.UU. y México para aumentar la «interdicción» marítima de cocaína.
El vicepresidente colombiano aseguró que «ha sido bien recibida» esta propuesta y que las autoridades estadounidenses «están dispuestas a trabajar en esa vía», aunque la Casa Blanca no hizo mención a este asunto en su comunicado.
En el encuentro, Pence reiteró, por otro lado, el apoyo de EE.UU. a la solicitud de Colombia de entrar en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Además, ambos mandatarios reafirmaron su compromiso de contribuir a la «restauración de la democracia» en Venezuela y coincidieron en su preocupación por el «deterioro» de la situación en ese país.