La Misión de la ONU en Colombia alertó sobre la situación que viven las comunidades en cinco zonas de conflicto pese al cese al fuego entre el Gobierno y la guerrilla del Eln que comenzó al pasado 1 de octubre.
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Esas cinco áreas son el departamento del Chocó, la región del Catatumbo, el norte del Cauca, así como los municipios de Tumaco y Buenaventura, indicó la Misión de la ONU en un comunicado conjunto con la Conferencia Episcopal.
“Aunque en varias regiones del país la población ha sentido cierto alivio humanitario que genera la suspensión de dichas acciones, aún se mantienen serios desafíos a la seguridad de las comunidades que viven en zonas de conflicto”, reza el mensaje.
Entre las comunidades que menciona, la ONU se refirió a la masacre de siete campesinos cocaleros en la localidad de Tumaco, fronteriza con Ecuador, en un confuso ataque atribuido en un principio a una disidencia de las Farc aunque los lugareños acusan a la Policía Antonarcóticos.
También consideran “preocupante” la situación en Chocó, donde el Eln asesinó al gobernador y líder indígena Aulio Isarama Forastero el pasado 24 de octubre, hecho que la guerrilla reconoció y por lo que pidió perdón, y el cual fue calificado por la Coordinación Nacional del Mecanismo de Veeduría y Verificación (MV&V) como “una violación a las reglas y compromisos” por parte del Eln.
Además, calificaron de “alarmante la tensa situación” que se vive en zonas rurales de la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela; el norte del departamento del Cauca y Buenaventura.
Por ello, hicieron un llamado a las partes “a hacer todos los esfuerzos posibles para evitar incidentes que pongan en riesgo a las comunidades”.
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Eln no considera positivo el balance del primer mes
La guerrilla, hizo “un pobre balance” del primer mes del cese del fuego bilateral acordado con el Gobierno y denunció “amenazas”, el “asesinato de líderes sociales” así como persecución política contra las fuerzas alternativas críticas.
En un comunicado la milicia, no obstante, califica de “hecho histórico” el que por primera vez en 53 años de lucha armada “se silencian los fusiles guerrilleros”.
El Eln subraya que fracasó el objetivo acordado con el gobierno de Juan Manuel Santos de “mejorar la situación humanitaria de la población” y aduce que en octubre aumentaron las amenazas y el asesinato de líderes sociales a la par que recrudeció lo que consideró “tratamiento de guerra que el régimen da a la protesta social”.
Reitera asimismo su compromiso de continuar buscando que concluya “la persecución política contra las fuerzas alternativas críticas del régimen, para que sin temor y con garantías las colombianas y colombianos, podamos participar en decidir los destinos del país”. |EFE
