Las autoridades de Nueva York calificaron hoy como un «cobarde acto de terrorismo» el atropello múltiple que se registró en el centro de Nueva York y que causó ocho muertos y un número no determinado de heridos.
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Según medios locales, el agresor fue identificado como Sayfullo Saipov, residente en el estado de Florida. Las autoridades solo han confirmado que el atacante, de 29 años, que recibió uno o varios disparos en el abdomen, fue trasladado a un hospital.
Al parecer, después de salir del vehículo con el que cometió el atropello múltiple, el sujeto portaba en sus manos una pistola de perdigones y otra de «paintball».
Los hechos se registraron en el suroeste de la isla de Manhattan, cuando el hombre arrolló con su vehículo a varias personas que se encontraban en el lugar, algunas de ellas en un carril para bicicletas cerca de la orilla del río Hudson.
La camioneta terminó impactando contra un autobús escolar, hiriendo a dos adultos y dos niños. A continuación, el sospechoso salió a pie y fue abatido por un agente de policía.
En una rueda de prensa para aportar información oficial, con datos aún preliminares, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, calificó los hechos como una «horrible tragedia».
Se trató de un «cobarde acto de terrorismo» que costó la vida a ocho «inocentes», agregó el alcalde, que estaba acompañado del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y del jefe de policía de Nueva York, James O’Neill.
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Según Cuomo, el atentado fue cometido por una sola persona, de acuerdo con los datos que se tienen hasta ahora, y no hay pruebas de que sea parte de una trama más amplia.
Pese a ello, y como precaución, se ha ampliado la presencia policial en puntos clave de la ciudad, incluidos aeropuertos y túneles, explicó.
Las autoridades indicaron que el ataque siguió el modus operandi de otros similares registrados en los últimos años en varias ciudades del mundo.
El alcalde y el gobernador instaron a los ciudadanos a mantenerse «vigilantes», empezando esta noche con las celebraciones de Halloween, pero subrayaron la importancia de mantener la normalidad.
«Este fue un cobarde acto de terrorismo. Buscaba quebrar nuestro espíritu, pero los neoyorquinos son resistentes», insistió.