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Hombre es acusado de causar un aborto a una mujer argentina y alega que él es el agredido

Un hombre acusado de causar un aborto durante una discusión en Corcubión en 2014 ha asegurado hoy, en el juicio en la Audiencia coruñesa, que fue agredido por la supuesta víctima y que no se siente responsable de dicho aborto porque este era de riesgo y la mujer continuó trabajando tras lo ocurrido.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido hoy el proceso contra un varón acusado por un supuesto delito de aborto doloso, con la circunstancia modificativa agravante de actuar por motivos racistas, ocurrido el 9 de noviembre de 2014, para quien el fiscal y la acusación particular piden ocho años de prisión y más de 10.000 euros de indemnización.

El procesado ha explicado que, tras una noche de fiesta en la que había bebido, se dirigió con un grupo de amigos a la panadería donde trabajaba la supuesta víctima, una mujer argentina que entonces tenía 45 años y estaba embarazada de cinco meses, donde timbraron para comprar comida, aunque la respuesta fue negativa.»Cuando nos estábamos marchando salió la señora implicada de la parte trasera del local gritándonos y diciéndonos que qué hacíamos allí, que estábamos haciendo escándalo. Me dijo: ‘qué piensas, que te tengo miedo’; y me dio un puñetazo en la ceja izquierda. Yo intento esquivarlo y le doy con la uña en la cara, es la herida que tuvo en la cara, es el único golpe que le di», ha alegado.

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En su declaración, el acusado ha asegurado que no conocía a esta persona y que no sabía que estuviera embarazada, ha negado haberla tirado contra una verja y haberle dado un cabezazo, y ha reconocido que la insultó por nerviosismo, pero en ningún caso por racismo.»La agredida parece que es ella y el agredido fui yo realmente.

Que la señora pegue un puñetazo a alguien, ¿no quiere decir nada?», se ha preguntado, y ha apuntado a cuestiones de sexo para que este caso haya llegado a juicio.

No se siente responsable del aborto y ha señalado como posibles causas de este la edad de la supuesta víctima, ha dicho que esta había tenido «varios abortos anteriores» y en ese momento su embarazo era de riesgo: «Si estuvo trabajando en los días siguientes, sería que no estaba tan mal», ha continuado.»Si volviera a ocurrir, no actuaría igual, ni me daría la vuelta para dirigirme a ella para preguntarle por qué salía toda histérica de la panadería, supongo que de ahí derivó su reacción de darme un puñetazo sin tener por qué», ha zanjado.

La demandante ha confirmado que aquella noche timbraron en la panadería y fue una compañera, a la que llamaron «sudaca», quien explicó que no estaba abierta.Unos minutos después ella salió a buscar la camioneta para hacer el reparto, cuando explica que ocurrió la supuesta agresión al tiempo que decía que estaba embarazada.»Había una persona sola, se acerca hacia mí y me golpea. Se abalanzó hacia mí, me dio un cabezazo en la cabeza y me golpeó con el puño», ha agregado.

Según su versión, el procesado la llamó «sudaca», le dijo que la iba a «hacer parir» y mandar a su país «en una caja», aunque «estaba muy alterado, fuera de sí» y mantuvo su actitud mientras que ella no le pegó «en ningún momento» sino que lo alejó.En la Audiencia Provincial ha detallado que a pesar de su edad «llevaba un embarazo excelente, perfecto», el primero que había tenido, y que «trabajaba con normalidad» hasta que el día 13, cuatro días después de la reyerta, fue cuando el médico, según ella, detectó un problema en su placenta que acabó en aborto.

A raíz de los hechos sufre, según ha afirmado, «depresión, miedo y ansiedad», con problemas para salir a la calle sola y reacciones negativas ante voces altas. El médico forense que examinó el caso, aunque no físicamente a la mujer, ha descartado la relación entre la reyerta y el aborto, pues discrepa con el informe inicial y piensa que no se cumplen los criterios para establecer esta vinculación.

Ha explicado que no fue el día 13 cuando empezaron los problemas, pues en la revisión de ese día se confirmó que «todo estaba bien» y al no haber «ningún traumatismo abdominal» la interrupción del embarazo se produjo por causas desconocidas el día 28.»Mi explicación es que hay cosas que pasan entre un uno y un tres por ciento de los casos y punto. Creo que fue un hecho desgraciado, se dio esa coincidencia temporal, pero yo no lo atribuiría a la agresión.

Creo que el estrés tampoco tuvo que ver», ha opinado sobre la situación que afectó a este embarazo de riesgo.Tanto él como el ginecólogo de la supuesta víctima han coincidido en que existía estrés en ella por la preocupación derivada de los hechos, aunque el primero no ve relación con el aborto y el segundo ha comentado que existen estudios «no muy consistentes» que demuestran que «el estrés multiplica hasta por dos la probabilidad de aborto».

EFE

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