Las etiquetas que persiguen a las culturas urbanas

Si crees que la forma de vestir, hablar, los gustos o si alguien tiene o no tatuajes, son razones suficientes para “etiquetar” a alguien, este video podría hacerte ver las cosas desde una perspectiva distinta.

En muchas ocasiones actuamos guiados únicamente por preconceptos arraigados en el imaginario colectivo y que, por ende, asumimos como verdaderos: artista igual a desempleado, ejecutivo igual a exitoso, hombre igual a fuerte, mujer igual a madre, diferente igual a malo, podrían ser algunas de esas etiquetas que ponemos sobre aquellos que nos rodean.

Sin embargo las características que se adjudican a las personas en una primera impresión, pueden estar erradas cuando se conoce realmente qué hay detrás de lo que se ve desde la superficie. Este video que se comparte con fuerza a través de las redes sociales, demuestra precisamente eso.

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En el video se ve a un grupo de artistas de hip hop que se dejan llevar por el Freestyle (estilo libre) e intercambian, uno tras otro, palabras que improvisan al ritmo del rap. Pasado un rato, una persona que pasa por el lugar interrumpe al grupo (segundo 0:39) y, de forma tajante, exige que no continúen lo que hacen y que mejor “busquen trabajo”, para finalizar agregando “yo a la edad de ustedes ya tenía familia y trabajaba”. Lo anterior pone sobre este grupo de hoppers la etiqueta de vagos.

Lo que para muchos puede resultar una acción lógica, para otros podría ser vista como poco respetuosa o incluso intolerante. Está claro que para la mujer un “rapero” es sinónimo de alguien que no tiene trabajo y que, por ende, no hace ningún aporte a la sociedad y por eso, sin indagar, se enfrenta a los músicos con etiquetas como estas.

Lo que no sabía esta persona es que los cantantes que estaban allí, viven de su trabajo como artistas y son reconocidos dentro del medio como fuertes exponentes del Freestyle.

Tanto en este, como en los muchos otros casos que podemos ver diariamente, vivir #SinEtiquetas resulta una sana oportunidad de convivir de forma más tolerante y, seguramente, sorprendernos con los resultados.