Lorenza Pérez, la señora del barrio de San Francisco, en Cartagena, que visitó el papa además de la emoción abrirle la puerta de su casa tuvo que ser una enfermera improvisada.
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Lorenza, que había sido elegido por su enorme labor social en esta barriada marginada de Cartagena, recibió con emoción al papa cuando entró a su casa.
Ataviada con una simple camiseta blanca, Lorenza abrazó al pontífice y conversó algunos minutos con él. Pero su sorpresa fue cuando vio que el papa Francisco tenía un corte en la ceja y un fuerte golpe en el pómulo, que le dejó un visible hematoma.
Lorenza entonces puso hielo en el pómulo de Francisco para bajarle la hinchazón y buscó una tirita para el corte en la ceja, según confirmaron fuentes vaticanas.
Francisco se golpeó a la llegada del barrio de San Francisco con el parabrisas del papamóvil al ir a saludar a un niño.
El Vaticano confirmó que Francisco estaba bien e incluso el pontífice argentino bromeó cuando le preguntaron qué le había pasado. «Me di una piñada (puño o golpe), estoy bien», dijo el sumo pontífice a un periodista de Caracol Radio al salir de la casa de Lorenza.