Aunque las cifras de accidentalidad de los motociclistas han descendido, los números siguen siendo bastante amplios.
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De acuerdo a las cifras de la Secretaría de Movilidad, en 2016, en el mes de junio 86 motociclistas fallecieron y 1996 resultaron lesionados.
Para el 2017, en el mes de junio, 76 motociclistas fallecieron y 1883 resultaron lesionados.
La coordinadora de proyectos del Instituto de Recursos Mundiales, Natalia Lleras, quien ha estudiado los temas de seguridad vial, explica que los motociclistas se definen como “usuarios vulnerables de la vía, es decir, no tienen nigún tipo de protección que cubra su cuerpo para reducir la fuerza de un choque, a diferencia de los conductores de un carro. Así cuando se produce un accidente de tránsito, el impacto es recibido totalmente por sus cuerpos”.
De esta forma, según la experta, dentro del grupo de usuarios vulnerables de la vía también entran los ciclistas y los peatones.
Para Lleras, algunas de las medidas que se pueden aplicar para evitar la accidentalidad en los motociclistas deben estar orientadas en el control de la velocidad. “Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es recomendable que el límite máximo de este tipo de vehículos sea 50 km/h”.
Además, deben aplicarse especialmente en las horas valle y no en las horas pico porque “en este horario, estos usuarios pueden correr más rápido y generan un peligro para ellos mismos y las demás personas”. También, es bueno que se implementen en las vías principales de la ciudad y en la noche.
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De acuerdo a Lleras, otro tipo de medidas que se pueden aplicar están orientadas desde un área más técnica. “La Policía de Tránsito puede usar radares, similares a las pistolas, que miden la velocidad a la que se aproximan los vehículos”.
Otra tecnología que puede aplicarse es la “ola verde” y consiste en que los semáfotos pueden programarse de tal forma que si una persona conduce a una velocidad apropiada cambia a verde, pero si la excede, pasa a rojo. Así, los usuarios de la vía van a una velocidad constante y segura.
“Esta idea puede aplicarse con diferentes campañas pedagógicas para que los ciudanos reduzcan la velocidad”, sostiene Lleras.
Los motociclistas redujeron sustancialmente exceso de velocidad entre 2015 y 2017, según datos de Johns Hopkins University revelados en el marco de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Global.
“El tema de motociclistas es importante porque son actores vulnerables en las vías y representan gran parte de los siniestros en Bogotá, así que al reducir la proporción de motocicletas excediendo la velocidad, se puede reducir su siniestralidad”, agrega el investigador de Johns Hopkins University.
Pico y placa para motos: un punto que divide a expertos
El director del grupo de estudios en sostenibilidad urbana y regional de la Universidad de los Andes, Daniel Péz, asegura que no está de acuerdo con la aplicación del pico y placa para los motociclistas porque “no va a tener un impacto en la movilidad de la ciudad. Tal vez, sirva para mejorar la calidad del aire, pero no creo que sea suficiente”.
Por su parte, el profesor de gestión y desarrollo urbano de la Universidad del Rosario, William Alfonso aseguró que “el pico y placa es una opción viable y se podrían sacar de circulación de la ciudad por algunas horas. Pero lo más importante es sacar de circulación aquellas que contaminan el aire”.