El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y su principal socio comercial, Estados Unidos, cumplió cinco años desde su implementación y mientras en Bogotá el Gobierno se agarra a las cifras para destacar los beneficios del acuerdo, algunos especialistas son escépticos sobre sus bondades.
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Según el Ministerio de Comercio, el principal beneficio del TLC fue la consolidación de las “preferencias arancelarias” existentes en el acuerdo transandino de 2002 que permitió que más de 10.000 productos colombianos pudieran entrar al mercado estadounidense con arancel cero.
El acuerdo permitió a Colombia incrementar sus exportaciones no minero-energéticas a EE.UU. hasta los 3800 millones de dólares en 2016, 12 % más que en 2012, aunque el resultado del intercambio comercial total el año pasado fue deficitario en 359,8 millones de dólares para el país andino.
“Ha sido un buen acuerdo que ha beneficiado a los dos países, positivo para ambas naciones y en el que existen todavía muchas posibilidades por aprovechar a pesar de que las cifras ya son contundentes”, aseguró en una entrevista con Efe el presidente de ProColombia, la entidad gubernamental que promueve el turismo, la inversión extranjera y las exportaciones, Felipe Jaramillo.
La otra cara
Los principales detractores fueron los sindicatos, que advertían una vulneración de los derechos laborales; el campo, que temía ser incapaz de competir con agricultores estadounidenses, y los titulares de derechos de propiedad intelectual.
El director del centro de consultoría de temas laborales Cedetrabajo, Mario Valencia, afirmó a Efe que el balance de estos cinco años de TLC es “supremamente negativo”.
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“A nivel laboral vemos un incumplimiento sistemático de los compromisos alcanzados en el Plan de Acción que impuso el Partido Demócrata y los sindicatos estadounidenses. La tasa de sindicalización no ha mejorado y los derechos sindicales se siguen violando sistemáticamente”, agregó Valencia, quien indicó además que estos factores están dificultado la entrada de Colombia a la OCDE.
Finalmente, el economista subrayó que el TLC también ha perjudicado al campo colombiano, ya que han aumentado las importaciones de productos que se pueden cultivar en el país y que “están reemplazando la producción nacional”.
Por su parte, el senador y precandidato presidencial, Jorge Enrique Robledo, habló sobre las cifras negras del tratado “pérdida de $10 mil millones de dólares en la balanza comercial. Déficit de $1423 millones y reducción de exportaciones en 55%. Mayores pérdidas en el agro y la industria sigue hundida. El Gobierno engaña con cifras parciales y secundarias. TLC debe renegociarse, asegura.
Sin embargo, el Gobierno destaca las bondades del tratado en un momento en el que políticos como Trump ponen en duda la idoneidad de los TLC mientras apuestan por un discurso de corte más proteccionista del que, por el momento, Colombia sigue a salvo.