En la estación de Transmilenio, muchos usuarios se sorprendieron cuando vieron a un pato que se colaba por los torniquetes e intentaba abrir las puertas para entrar a los articulados.
Este pato acompañará desde abril a los bogotanos en Transmilenio quien estará dentro del sistema e incurrirá en comportamientos que generan inseguridad y desorden que afectan a los usuarios.
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El pato simboliza a los colados que roban a todos los ciudadanos, afectan la calidad del servicio y generan mayor ocupación en los buses.
“Todos pagamos el pato”, es la nueva campaña de la Secretarías de Movilidad, Seguridad y Transmilenio.
De acuerdo a las cifras entregadas por Transmilenio, desde el 2012 hasta marzo de 2017, 185 personas han resultado lesionadas por colarse al sistema y 16 fallecieron por este hecho.
Igualmente, desde la vigencia del nuevo Código de Policía se han interpuesto 3008 comparendos, de los cuales 2113 se interpusieron por evadir el pago del pasaje y 895 por ingresar y salir de las estaciones por lugares diferentes a los autorizados.
Transmilenio implementó los dispositivos electrónicos tipo PDA para verificar si las personas han pagado su tiquete.
Cuando se les ha solicitado a los evasores que realicen la validación del pasaje, el 67% se da a la fuga, el 19,32 se retira del sistema y el 13,16% se regresa y paga su pasaje.
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Para esto, se han instalado barreras perimetrales en diferentes puntos de la ciudad como Marly, Santa Lucía, Calle 63, Calle 40 Sur, Avenida Jiménez, Tercer Milenio, Socorro, Consuelo, Calle 22, Calle 19, Granja – Carrera 77, Patio Bonito y Biblioteca Tintal.
Algunas soluciones para el problema de los colados
Para el experto en movilidad, Darío Hidalgo, “se nota que pensaron la campaña porque el pato es el Donald criollo. Además, en el lenguaje coloquial, significa que es un colado. Y la expresión “Pagar el pato” se refiere a que todos nos vemos afectados por esta problemática por algo que no cometemos”.
No obstante, para Hidalgo es preocupante la situación del sistema de Transmilenio. “Se necesita una mejora en el servicio urgente. A corto plazo, es necesario que se reduzcan las rutas en las plataformas porque por ejemplo, en una paran cuatro tipos de articulados, pero muchas veces las personas no pueden subirse a los buses por la gran aglomeración de gente y el constante roce con todo el mundo”.
Según Darío, “la estimación es que el 10% de los pasajeros son colados. En un día se mueven 2 millones 500 mil personas en el sistema. Así, 250.000 se suben ilegalmente. En un bus, de 160 pasajeros, 10 son colados”.
Algunas de las soluciones que propone el experto frente a la problemática es que “Transmilenio debe instalar más torniquetes y barreras que impidan que la gente se cuele de frente a la estación. También, se debe retener por cuatro o seis horas a los colados, ya que las multas no funcionan, si el tiempo de las personas no se ve comprometido”.
Para Hidalgo, “es necesario que la Policía haga un acompañamiento a las personas que sancionan socialmente a los colados. Yo muchas veces lo he hecho y me dicen que ‘soy un sapo y que no me meta’. Además, es importante que la sociedad entienda que no está bien colarse porque este comportamiento está muy normalizado”.
“Los bogotanos deben entender que los colados generan costos de infraestructura para la ciudad que deben ser pagados por medidas de aumento a la tarifa o de impuestos. Además, el déficit que tiene el sistema actualmente se incrementa por esta problemática. También, se genera una espiral negativa dentro del sistema porque empiezan a entrar más vendedores ambulantes, ladrones, las puertas se dañan por la fuerza”, según el experto.
Para Hidalgo, “el mal servicio de Transmilenio justifica el actuar de los colados”.