Confusión y descontento entre las personas ha producido el hecho de que ni la Cruz Roja, ni la UNGRD, ni el Gobierno, estén recibiendo ayudas y donaciones en especie. Aunque muchas organizaciones se han avocado a conglomerar las ayudas como colchonetas, alimentos enlatados, agua y cobijas, la Cruz Roja ha sido enfática: «En este momento no se reciben ayudas físicas, recomendamos donaciones a las cuentas…».
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¿Por qué? El director de la Unidad Nacional de la Gestión de Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez, aseguró que el hecho de recibir ayudas en especie significa un cargo adicional para el Gobierno y para las entidades que están atendiendo la emergencia en Mocoa. La razón es que la movilización de estos implementos sería más costosa y administrar cómo llegarán las ayudas y cómo serán repartidas representaría una logística más grande.
Aunque el clamor general en el el lugar de la catástrofe es el mismo: «necesitamos cobijas, colchonetas, carpas, alimentos y agua», el Gobierno ha manifestado que cuenta con las herramientas y los recursos para satisfacer las necesidades básicas de los damnificados y que en este momento necesita donaciones en dinero para poder empezar a ejecutar todos los planes de reconstrucción.
Márquez ha indicado que, aunque las donaciones son de buen corazón, ellos han decidido no iniciar con estos protocolos porque no se puede verificar, rápidamente cuál es el origen de las donaciones, si están en buen estado, si los alimentos son aptos para el consumo, y además que la donación se puede prestar para suspicacias por parte de la gente al no saber en dónde están sus recursos.