Este lunes el vicepresidente dejará su cargo y en su penúltimo día acompañará al presidente Juan Manuel Santos en una visita a los departamentos de Sucre y Magdalena donde inaugurarán obras y mañana presentará un balance de su gestión con lo cual se retirará del Gobierno 17 meses antes de terminar su periodo para no quedar inhabilitado para las elecciones de 2018.
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Para reemplazarlo, Santos designó el mes pasado al general en retiro Óscar Naranjo, quien fue director de la Policía y miembro del equipo negociador de paz con la guerrilla de las Farc.
Vargas Lleras, de 55 años, y situado ideológicamente a la derecha del presidente, fue escogido por Santos como su compañero de fórmula en las elecciones de 2014 y le encargó la gestión de las grandes obras de infraestructura puestas en marcha en el país.
Con eso se convirtió en gerente del programa de autopistas de cuarta generación y de modernización de aeropuertos, y en el rostro visible del plan de viviendas para los más pobres, llamado «Mi casa ya», con los cuales recorrió pueblos y ciudades de todo el país, en medio de las críticas de sus opositores que lo han acusado de estar en campaña permanente desde el Gobierno.
Hasta ahora no ha confirmado que será candidato presidencial y dice que una vez deje la Vicepresidencia trabajará en la Fundación Carlos Lleras Restrepo, un centro de pensamiento que lleva el nombre de su abuelo, quien fue presidente de Colombia entre 1966 y 1970.
Sin embargo, desde que fue ungido por Santos como su número dos, su segunda candidatura presidencial -ya lo fue en 2010-, es un secreto a gritos en el país y para algunos analistas es el candidato a vencer en las presidenciales de mayo de 2018.
El vicepresidente comenzó su andadura política en 1981 en el Nuevo Liberalismo, disidencia del Partido Liberal de su abuelo, que fue liderada por Luis Carlos Galán, excandidato presidencial que fue asesinado en 1989.
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Vargas Lleras, que tiene una vasta experiencia política como senador, ministro del Interior y de Vivienda, obtuvo la tercera mayor votación en las presidenciales de 2010 cuando fue rival de Santos.
Líder del partido de derechas Cambio Radical, el vicepresidente tiene en esa formación un importante caudal electoral pero también su talón de Aquiles por los graves casos de corrupción en los que están involucrados varios de sus miembros, algunos de ellos encarcelados, especialmente en la costa atlántica.
En caso de confirmar su candidatura, Vargas Lleras tendrá que definir una postura frente al acuerdo de paz con las FARC, que ha dicho que apoya como miembro del Gobierno, pero sin mostrar mayor entusiasmo.
También tendrá que contar con que la salud lo acompañe, pues hace poco más de un año fue sometido a una cirugía para la extracción de un tumor cerebral que le mantuvo alejado de la vida pública durante algunos meses.
Otro punto débil es su difícil temperamento, que le lleva a discutir en público con quien le cuestiona, o a extremos como agredir a sus colaboradores, como ocurrió en diciembre pasado con uno de sus escoltas, a quien le dio un coscorrón durante un acto en el norte del país.