Quebradas, andenes amplios, 125.000 viviendas, un parque metropolitano y muchas zonas verdes, así está planteado, tanto en el render como en la imaginación de quienes trabajan en el proyecto, Lagos de Torca, una parte de lo que sería Ciudad Norte en Bogotá y una de las obras a las que el alcalde Enrique Peñalosa le está metiendo la ficha. La que debería, según él, estar en un 60% lista en el 2020.
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Se sabe que Bogotá tiene un déficit de vivienda grande y que ha crecido en desorden, basta con ver las periferias y los cientos de capitalinos que prefieren habitar los municipios aledaños con el gran problema de ingresar a la capital del país porque no hay vías, ni infraestructura. Según la Secretaría de Planeación, de aquí a 40 años Bogotá necesitará unas 2,7 millones de viviendas. Actualmente hay 2,6 millones incluyendo municipios.
Lagos de Torca quiere dar un poco de alivio y quiere que el bogotano viva en la ciudad. El alcalde explicó ayer en la mañana detalladamente en qué consiste este proyecto que viene acompañado de un halo de crítica al cuidado del ambiente y la financiación. Peñalosa ha sido enfático al decir que el proyecto no toca la reserva Thomas van der Hammen, se mantiene en su firme posición de que “no estamos reduciendo un centímetro de la VDH. Por el contrario, hoy la VDH plantea que son 1400 hectáreas de las cuales 700 se deben dejar como están, en tierra privada en la que nadie podrá entrar nunca. Lo que nosotros proponemos es, que sin saber si un día va a ser reserva o no, que sí quede la reserva hecha, comprada y no de 700 hectáreas, sino de 1800, o sea tres veces más. Lo que vamos a hacer es reducir el área a urbanizar y vamos a poner 1800 hectáreas. Todo lo verde conectaría con la VDH”, comentó el mandatario.
Sin embargo, Lagos de Torca no solo se enfrenta a un lio ambiental, y por qué no llamarlo también moral con la ciudad, sino a las inundaciones, como quedó evidenciado el martes y otros problemas de suelos húmedos con los que habrá que lidiar. Para darle una solución a esto, Peñalosa aseguró que la Autopista Norte se elevará por el sector de las avenidas Cafam y El Jardín “a una altura de tres metros, para preservar y mejorar la conectividad ecológica. De esta manera, el humedal Torca pasará de 34 hectáreas a 75 hectáreas totalmente protegido y recuperado”.
El Distrito se blindó muy bien y pidió el consentimiento de la CAR, el concepto del Ministerio de Medio Ambiente y la Secretaría de Ambiente para adelantar el proyecto de acuerdo a la norma. Lagos de Torca, y Peñalosa, prometen más espacio verde, quebradas de agua, un parque metropolitano, 10.000 árboles y una ciudad conectada con el metro, TransMilenio y la bicicleta.
La financiación
Peñalosa calificó a Lagos de Torca como “una revolución en la manera de hacer ciudad y el urbanismo en Colombia”. Ahora bien, serán los mismos dueños de los predios quienes paguen la infraestructura del megaproyecto.
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En otras palabras, el costo de Lagos de Torca (4 billones de pesos) será asumido por los privados y los propietarios por medio de unos derechos de edificación. De esta forma, legalmente podrán construir un 20% del terreno y si quieren aumentarlo deberán pagar para hacerlo. “Todo el costo de la tierra, de los tubos, del pavimento, de las vías, de las aceras, de toda la infraestructura, se le cargan al dueño de la tierra. Todo. A la gente no le vamos a dar altura, los que quieran tener altura les va a tocar pagar unos derechos de edificabilidad, entonces así en la medida en que compran los derechos conseguimos esos recursos para hacer las vías y demás”, aseguró el mandatario de los bogotanos.
Habrán incentivos para que los propietarios se animen a construir y los que no se quieran acoger al proyecto se atienen a una expropiación. “La maravilla de esto es que la ciudad gana. Es decir eso no va a pasar porque lo hemos hablado, pero si llega a pasar la expropiación, el Distrito entra como cualquier otro inversionista ahí”, añadió Peñalosa.
Como en todo negocio hay un riesgo, por eso “la primera condición que pusimos es la de poner un punto de equilibrio, para que el inversionista esté tranquilo, que sus aportes no se mueven hasta tanto el proyecto sea viable. Acá hasta que no recaudemos 700.000 millones de pesos, que corresponden a este anillo vial de la Avenida Boyacá, Avenida Guaymaral, el Polo y la Avenida Ferrocarril no empezamos, porque nos da viabilidad en la zona y viabilidad en servicios públicos”, argumentó Juan Camilo Gómez, director de planeación norte.
¿Cómo será?
No cabe la menor duda que la actual administración está entusiasmada con este tema. Peñalosa dijo que el proyecto “tendrá tiendas, comercio en el primer piso de los edificios, plazas, no lo que hay hoy que es una chambonada. Nada de muros, ni parqueaderos en el primero piso, sino apartamentos que generen seguridad”.
Andrés Ortíz, secretario de Planeación, comento por su parte, que “se quiere una ciudad para todos, por eso allí se tendrá diversidad de estratos y la mezcla de usos de suelo para brindar los servicios necesarios al alcance de las 350.000 personas que llegarán a residir y así tener una mejor calidad de vida”.
El proyecto también plantea que “las manzanas más grandes serán de 1,3 hectáreas, en vez de las 2,0 que establece el POT, y se permitirá llegar a 1,6 hectáreas en las avenidas locales (29 metros de ancho). En el 70% de las manzanas, los primeros pisos se destinarán para usos de comercio, servicios y equipamientos, así mejora la seguridad y se le da vida a las calles. Los antejardines privados y conjuntos cerrados por rejas no tendrán cabida en Lagos de Torca, será una zona en la que la calle será epicentro de encuentro. Los centros comerciales deberán seguir la nueva tendencia en el mundo, serán de cielos y espacios abiertos y tendrán que tener locales hacia la calle para dar continuidad a la ciudad y no dividirla con grandes infraestructuras”.
Ahora bien, en el papel el proyecto suena “maravilloso”, como diría el mismo alcalde, a la hora de ejecutarlo se encontrará con más de una piedra en el camino y empezará el rifirrafe entre los ambientalistas y la administración. Además, el tema se está usando como lema de campaña de una revocatoria que si bien no es segura, está sonando fuerte; hay que sumarle que el alcalde, mientras adelanta el proyecto, tendrá que capotear la baja popularidad por la que atraviesa e incluso las acciones legales por sus decisiones.
DATO
Una de las preguntas que más polvo levanta es cómo se mantendrá un proyecto de estos en pie si a la actual administración le quedan tres años y en ese lapso tan solo estaría el 60% construido. Ahora bien, una posible respuesta, no muy lejana, es que este año se discutirá el POT y el proyecto tiene altas posibilidades y quedaría incluido en el mismo… más aún si la mayoría del Concejo está a favor del alcalde. Hay que esperar la discusión.
125.000
Viviendas se esperan construir en Lagos de Torca, de esas 50.000 serán de interés social