La Corte Suprema de Justicia le exigió al expresidente Álvaro Uribe Vélez que dejara de referirse en términos agresivos y virulentos a sus opositores en Twitter. La propuesta surge luego de una intensa polémica con el periodista Daniel Coronell, que llegó hasta los más altos estrados de la justicia.
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El caso surgió hace 6 años, el 20 de diciembre de 2010. Coronell publicó una columna en la revista Semana que detallaba una reunión entre Tomás Uribe Moreno y dos empresarios durante el proceso de licitación de la Ruta del Sol. Uribe respondió en Twitter con una andanada de mensajes sobre el «periodista mafioso».
El periodista respondió imponiendo una denuncia penal en contra de Álvaro, Tomás y Jerónimo Uribe al considerar que se había vulnerado su honra y buen nombre en los mensajes de la cuenta de Twitter del expresidente. Según Coronell, las frases de «periodista mafioso» buscaban asociarlo de forma indebida con el narcotraficante extraditado a Estados Unidos Justo Pastor Perafán y con César Villegas. Este último, condenado por el proceso 8000 y asesinado en 2002, fue socio de la programadora NTC con Coronell entre 1991 y 1996. Uribe se defendió asegurando que Perafán había sido socio de NTC, según un artículo del diario El Colombiano.
En la decisión, la Corte Suprema consideró que Coronell to pudo demostrar tangiblemente que los mensajes de Uribe en Twitter correspondían a una vulneración a su honra. En los trinos es necesario que se «precise un comportamiento cuando menos determinable para que en esa imputación en sí misma se advierta el delito de calumnia”, dice el fallo.
Así mismo, la frase «periodista mafioso» no es en sí una acusación de que Coronell haya participado en una organización crimnal, sino una muestra de las posibles relaciones de Perafán y Villegas con su empresa periodística. «No fue una imputación directa de pertenencia a una organización delictiva, sino una versión del adagio popular ‘dime con quién andas y te diré quién eres’», dijo la Corte.
Al final, según el alto tribunal, los mensajes de Uribe en Twitter fueron «más producto de la emoción que de la reflexión», pero pidió mesura al expresidente. «El lenguaje agresivo es una manifestación de violencia. Y usado por un líder político en cualquiera de las redes sociales puede llegar a ser identificado por alguno de sus seguidores como una invitación, o por lo menos como una autorización velada al uso de la violencia física contra el destinatario del trino o del discurso descalificador”, explica el fallo.
El caso va para largo: Coronell le impuso una nueva querella a Uribe, luego de que el expresidente lo tratara de extraditable el pasado 28 de noviembre. Dos días después, aseguró que la entrega de Canal Uno a un consorcio en el que participó NTC fue la remuneración a contratos entregados por el gobierno de Juan Manuel Santos a Coronell.