Aunque no dio declaraciones a los medios, Márquez pronunció un discurso en el que se refirió a la paz:
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“Enterraremos entrelazadamente todos los fusiles para que una raíz de pólvora haga estallar en mariposas sus tallos minerales en una primavera repleta de palomas. Convertiremos el dolor en esperanza, esperanza para decirle a las madres que esperan a sus hijos, que ellos vendrán, y si acaso uno no regresa, le diremos como Neruda, “madres atravesadas por la angustia y la muerte, mirad el corazón del noble día que nace, y sabed que vuestros muertos sonríen desde la tierra levantando los puños sobre el trigo”, y yo diría estando en el Huila, sobre los arrozales. Gracias por su presencia”.
Miembros de la mesa de diálogos en La Habana informaron que el jefe guerrillero viajó al país en las primeras horas de la mañana, acompañado por miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Minutos después de pronunciar su discurso en el sepelio, Márquez se subió a una camioneta y no volvió a hacer presencia en el entierro de su madre, por lo que se cree que regresó a Cuba.