Mis perros son mi adoración, me encanta salir con ellos al parque y pasear, siento que es como una terapia”, Daniel Raisbeck
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Si usted se lo encuentra en la calle muy seguramente lo puede confundir con un ‘gringo’ que es amante de la Candelaria y hace turismo en la ciudad. Sin embargo, Daniel Raisbeck es más bogotano que Monserrate.
Sus rasgos de ojos claros y pelo rubio los obtuvo de su abuelo, un escocés que decidió probar suerte en Bogotá y aquí se quedó. “Toda mi familia se ha radicado en Bogotá, padres, tíos, abuelos y mis tres hermanos que, aunque son solo por parte de papá, no siento la diferencia”, aseguró.
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Creció en Bogotá e hizo parte de sus estudios de colegio en la ciudad, sin embargo, terminó el bachillerato y la universidad en Estados Unidos. Luego, decidió hacer un doctorado al otro lado del ‘charco’ y viajó hasta Berlín.
Raisbeck no es muy expresivo, se le ve serio y pensativo durante la entrevista, tal vez porque lleva a cuestas un gran sueño: convertirse en el alcalde de la capital colombiana.
“Cuando era pequeño quería ser Indiana Jones, como muchos de mi edad, pero el interés por la política solo se despertó hace tres años, cuando vi que ninguno de los personajes que gobernaban representaban mis intereses, así que dije que si quería un cambio debía hacerlo yo mismo”, recordó.
Ahora se montó en el bus de la política, hazaña en la que lo acompaña su esposa que no lo abandona. “Ella no trabaja directamente en la campaña, pero nos ayuda mucho con todo el tema financiero y de logística, a ella le gusta ejecutar, yo soy más envuelto en mis ideas, entonces eso nos complementa”, dijo.
Cuando no está en campaña…
Daniel Rasibeck es un hombre pasivo, al que realmente le apasiona la buena lectura sentado junto a la chimenea y claro, con su perro al lado. “Mis perros son mi adoración, me encanta salir con ellos al parque y pasear, siento que es como una terapia”, aseguró.
Aunque se ve relativamente joven, Raisbeck es un hombre casado hace algunos años y dice que su fórmula de conquista estuvo lejos de llevarla a bailar pues confesó no tener talento para este arte. “Lo que hicimos fue ir a teatro, cine, y caminar por los cerros orientales”.
A comienzos de este año su esposa perdió un bebé que venía en camino, situación muy fuerte para ellos, que les costó lágrimas y un proceso de recuperación. Sin embargo, la alegría de los niños en el hogar sigue intacta pues su esposa tiene una hija, producto de otra relación, que el candidato adoptó como suya.
Dice que los planes de fin de semana varían mucho, dependiendo de lo que la hija de su esposa tenga planeado. “Nos gusta salir a los parques, somos amantes de las mascotas así que nos hace muy feliz ese plan, pero a veces tenemos fiestas infantiles de la niña a las que la acompañamos”, añadió.
Además de pasear a sus perros, el candidato es amante de las carreras y el tenis. “No soy el mejor de todos, lo acepto, pero me gusta mucho jugar tenis y salir a correr maratones, también me sirve para desestresarme”, afirmó.
El hombre del corbatín
Por una cuestión de rebeldía, Raisbeck usaba corbatín durante su adolescencia y parte de su adultez. Así, amigos y familiares, empezaron a referenciarlo como el joven del corbatín.
Al lanzarse a la política muchos de sus conocidos lo invitaron a que se pusiera el corbatín, que esto podría servirle mucho para la campaña, pero, según dice, “esos años quedaron atrás». Ahora, usa la ropa de acuerdo a la ocasión, evita la corbata y prefiere llevar siempre su chaqueta de campaña.
Para Daniel Raisbeck un día perfecto debe ir acompañado de una corrida por las mañanas, un recorrido por la ciudad escuchando Depeche Mode, un almuerzo que tenga carne pues ama todo tipo de cortes y variedad de carnes frías y terminar leyendo un libro junto a sus perros y su familia.