Los colombianos aún no salen de la indignación por el asesinato de cuatro menores en Florencia, Caquetá, cuando se conocen detalles de la muerte de un pequeño de siete años en la Vega, Cundinamarca.
El menor fue encontrado el pasado lunes en un potrero del municipio, desmembrado y con señales de tortura mientras sus padres indagaban por todo el lugar por su paradero.
Según José Antonio Correa, padre de Róbinson, la madre del pequeño lo llamó en las horas de la tarde para preguntarle si el pequeño estaba con él. Ante su respuesta negativa, Correa salió a buscarlo en su moto y la Fiscalía los mandó a Villeta para instaurar la denuncia, pero al llegar les informaron que el menor había sido encontrado muerto.
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En las horas de la mañana, la mamá del menor salió a hacerse unos exámenes y dejó al menor en la casa solo. Cuando llegó a la casa, el pequeño no estaba, por lo que se comunicó con el papá quien no supo dar razón de él y salieron a buscarlo.
Algunos vecinos aseguraron que el pequeño salió con un vecino a “comprar leche”, luego, el mismo vecino entró a consumir alcohol en un sitio donde fue visto por última vez con el pequeño.
“Era lo más lindo del mundo y vivía con la mamá” aseguró el padre y añadió que al asesino “le caiga todo el peso de la ley, que no sea bandido”.
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