En ese entonces Francisco tenía 45 años, estaba borracho y perdido en la localidad de Usme. Se desplomó al lado de un gran hueco, lo enterraron y se despertó en el hospital cuando lo revivieron. Fue enterrado pensando que estaba muerto pero en estaba borracho
PUBLICIDAD
Tardó 3 días en sacarse la tierra del cuerpo, según la historia de Francisco Plata, publicada por El Tiempo.
Hoy tiene 59 años, no toma más alcohol. Además, asiste entre 3 y 4 veces por semana al grupo de Alcohólicos Anónimos.
Tiene que caminar despacio y arrastrando los pies. Suele olvidarse de las cosas, tiene problemas motrices y el hígado graso.
Todos estos problemas los tiene por haber dedicado gran parte de su vida al alcohol y las drogas.
Su historia con estos vicios se inició cuando tenía 8 años y ayudaba en las misas a su tío sacerdote. Su tarea era pasar las copas de vino y empezó a tomar las sobras de estas copas. Le gustó mucho su sabor dulce y así fue como comenzó.
A su vez, su ambiente familiar era malo, su padre tomaba mucho alcohol, además de tener un fuerte temperamento y ser agresivo.
PUBLICIDAD
Francisco era el encargado de buscar en la droguería las pastillas de su padre, un día se tomó 4 o 5 de estas pastillas y no recuerda más de lo sucedido.
Tiene una historia llena de idas y vueltas con estos vicios que lo acompañaron durante casi toda su vida, pero hay un hecho en particular que llama mucho la atención.
Según cuenta, llegó en bus a Usme, donde se bajó y comenzó a caminar sin rumbo en estado de ebriedad. Unas personas se le acercaron con intención de robarle y fue ahí cuando se desplomó al lado de un gran hueco. “Ellos pensarían que yo me había muerto, me metieron en el hueco y comenzaron a echarme tierra, me sepultaron”, dijo.
Una señora vio lo sucedido desde la ventana de su casa y llamó a la Policía para que lo sacaran de ahí. Luego lo trasladaron a un Centro de Atención Médica Inmediata.
Francisco cuenta que cuando abrió los ojos escuchó a alguien diciendo: “lo tenemos, lo tenemos”, mientras él vomitaba. En ese momento lo único que quería era irse y beber alcohol. La enfermera le dijo que tenía una sonda para orinar y que no podía irse. También le contó que llegó muerto, que estuvo en la morgue, pero que comenzaron a hacerle masajes y ahí fue cuando revivió.
A pesar de este suceso, solo después de 5 años pudo cambiar su vida.
MÁS DE BLES ACÁ