Un hombre de 81 años de edad que ha pasado la mayor parte de su vida adulta tras las rejas por robo a bancos dijo que asaltó una cooperativa de crédito en Tucson meses después de salir de la cárcel porque su pensión del Seguro Social, de 800 dólares mensuales, no era suficiente para vivir, según los expedientes de los tribunales.
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Robert Francis Krebs también dijo a los agentes del FBI la razón por la que no se disfrazó en el robo de enero de 2018. Y es que al parecer el adulto mayor «quería que lo atraparan» para poder regresar a la cárcel.
Los detalles del atraco fueron revelados en las actas judiciales presentadas el viernes para definir si el hombre, que cumple 82 años el próximo mes, está apto mentalmente para ir a juicio.
Sus abogados dicen que ha reportado tener síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Un neuropsicólogo concluyó que no era competente para ir a juicio porque tiene demencia senil.
No obstante, otros dos expertos en salud mental han dicho que sí es competente mentalmente. Además creen que sólo finge estar enfermo. Un experto dijo que había «adornado o exagerado enormemente» su enfermedad. Esto, simplemente para evitar ser procesado.
Ahora depende de un juez decidir si el anciano será llevado a juicio.
Si es hallado incompetente, Krebs podría ser enviado a tratamiento para tratar de hacerlo mentalmente apto. Si los médicos deciden que no puede sanar, el juez podría desestimar el cargo de robo a un banco y declararlo civilmente acreedor de atención pública. Dijo Mike Black, un abogado defensor en Phoenix que no está involucrado en el caso.
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Al exhortar al juez para que declare al hombre competente, los fiscales dijeron que reconoció ante los agentes del FBI que él realizó el robo en Tucson. ¿La razón? «800 dólares mensuales de pensión no es mucho para vivir en estos días».
William J. Rehder, un experto en robos bancarios retirado del FBI que no está involucrado en el caso de Krebs, dijo que no es extraño que las personas que pasaron décadas en la cárcel no estén bien preparadas para ganarse la vida una vez que son puestas en libertad. La prisión les da estabilidad, agregó.
«Realmente no pueden lograrlo en el exterior», dijo Rehder. «Tiene razón: lo del Seguro Social probablemente no es suficiente para mantenerse y no tiene perspectivas de ingresos».