Layne Chesney tenía 14 años y toda la vida por delante. La joven era una estrella jugadora de ‘softball’ y celebraba con un grupo de amigos en la víspera de Año Nuevo cuando ocurrió la tragedia.
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Los adolescentes habían encendido una fogata y estaban asando malvaviscos. En un momento, Layne o uno de sus amigos, la versión aún no está clara; puso un poco de gasolina en el fuego que se estaba apagando, señala edition.cnn.com.
“Se produjo una explosión y quedó envuelta en llamas”, dijo la madre de la menor. Que además apuntó que de inmediato todos trataron de apagar el fuego.
Pese a los esfuerzos, Layne sufrió quemaduras de tercer grado en el 95% del cuerpo y los médicos le dieron un 1% de posibilidades de que sobreviviera.
La joven fue sometida a decenas de operaciones y prácticamente vivía en los hospitales.
Lamentablemente, Layne ya no pudo luchar más y después de poco más de 16 meses de su accidente falleció.
“Ella luchó en una dura batalla hasta el final, sin querer renunciar… porque renunciar no estaba en su naturaleza”, escribió su familia en un sentida carta de despedida en Facebook.
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“Estamos con el corazón roto, pero permaneceremos siempre agradecidos de que haya sido parte de nuestras vidas”, agregaron en el escrito.