George Perrot, quien actualmente tiene 50 años, fue condenado en 1985 a cadena perpetua; tras ser acusado de golpear y violar a una mujer de 78 años en la ciudad estadounidense de Springfield.
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Según informa The Republican, pese a que la víctima aseguró que el detenido no era el culpable y afirmar que no recordaba quién había sido el atacante; el hombre fue declarado culpable luego que confesara por escrito haber cometido el delito. Además, tenía antecedentes por robos anteriores.
Para esto fue clave el hecho que se indicara que la mujer no estaba apta legalmente para declarar, producto de su edad.
Las dudas del caso
El abogado de Perrot aseguró que el hombre confesó la autoría del hecho porque en ese instante estaba bajo el efecto de las drogas; y que llevaba muchas horas sin dormir. Por lo mismo, en 1992 se volvió a hacer un juicio en su contra, siendo nuevamente declarado culpable.
Sin embargo, el hecho llegó a oídos de The Innocence Project, un programa que busca liberar de prisión a personas que serían inocentes. Quienes trabajaron en conjunto con el Instituto Schuster de Periodismo de Investigación de la Universidad Brandeis.
Tras esto, finalmente en el 2016 el hombre fue liberado. Esto, tras demostrarse que el único sustento para ser declarado culpable había sido pruebas forenses que estaban erróneas.
Nuevos problemas
Perrot se volvió conocido en Estados Unidos luego de quedar en libertad; apareciendo en diversos programas de televisión y dando entrevistas a varios medios escritos.
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Sin embargo, en enero de este año volvió a ser arrestado en la ciudad de Lawrence. Luego de que un transeúnte alertara a la policía que había una pareja desnuda inconsciente en la calle.
Al llegar al lugar, la mujer denunció que el hombre la había violado; luego de drogarla y aprovecharse de su estado de inconsciencia.
Pese a esto, el sujeto aseguró que es inocente y recalcó que ya es la segunda vez que lo acusan erróneamente de algo, considerando que tiene demandado a Springfield por su anterior arresto.
Finalmente, la justicia decidió dejar en prisión preventiva y sin posibilidad de fianza a Perrot, afirmando que es un peligro para la sociedad.