El excéntrico director Tim Burton trajo de vuelta a la pantalla grande la fantástica historia de «Dumbo». El elefante volador de Disney ha conquistado a varias generaciones y ahora está de regreso. La producción live action ha cumplido con las expectativas al presentar la clásica historia animada, desde una nueva perspectiva. Cómo no, muy al estilo Burton.
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Sin embargo hay algo que ni Disney ni el director nos cuentan. Se trata del lado oscuro de este simpático elefantito.
Resulta que Dumbo existió en la vida real pero se llamaba Jumbo y no, no volaba. Tampoco tenía un ratoncito que fungía como su conciencia.
Jumbo llegó al zoológico de Londres en 1865. Pero el público que lo adoraba no tenía idea de la mala vida que llevaba tras bambalinas. Desde siempre se ha sabido que existe un maltrato animal por parte de zoológicos y circos, una de las ideas de la historia original que retrata Burton pero como siempre, la realidad superó a la ficción.
Jumbo era golpeado con piedras. Era dopado con grandes cantidades de alcohol. Y por sui fuera poco, todos los días cargaba cientos de personas que visitaban el zoológico. También solía comer cualquier cosa que le lanzaran los visitantes. Su dieta incluía juguetes y monedas para niños, cientos de los cuales se encontraron en su estómago después de su muerte.
Pero era tan agresivo que tuvo que ser vendido al circo ambulante de PT Barnum en los Estados Unidos.
Richard Thomas, arqueólogo de la Universidad de Leicester en Reino Unido, afirmó en un documental sobre Jumbo que sus caderas tenían una superposición inusual de capas de hueso nuevo y viejo. «Señales de lesiones que su organismo intentaba reparar». El elefante también tenía las rodillas desgastadas. Fracturas en sus colmillos, consecuencia de que se golpeaba contra los barrotes con desesperación durante las noches.
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Jumbo siempre fue la estrella principal del circo. Murió a los 24 años, un promedio de vida muy corto para estos animales.
Sin embargo, sin revelar demasiado, es muy claro que la nueva versión dirigida por Tim Burton presenta una postura de derechos de los animales.
La explotación de animales salvajes en circos es una cruel realidad. Y representa una explotación en beneficio del entretenimiento de la gente. Es hora de darse cuenta de que el sufrimiento de los animales no debe verse como algo entretenido.
A pesar de la magia clásica de Disney y Burton, la película no pretende idealizar el circo. Mucho menos hacerlo ver como un lugar glamoroso y feliz para los animales. De hecho, es más bien una gran oportunidad para hablar sobre el tema del maltrato animal y sensibilizar a niños y grandes.
