Los policías siempre ponen en riesgo su vida en su trabajo y están expuestos a represalias por parte de los delincuentes.
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Sin embargo, un agente de Pensilvania nunca imaginó lo que iba a vivir luego de detener a Ashley Keister el año pasado.
La joven de 27 años se “enamoró” perdidamente del uniformado y comenzó a acosarlo sexualmente, señala New York Daily News.
La obsesión llegó a tanto que incluso Keister llamaba repetidamente al 911 para conversar con el oficial y en ocasiones sólo para escuchar su voz.
El acoso aumentó hace unas semanas y el viernes pasado llegó hasta la estación de policía de West Wyoming, y como no logró ubicarlo trató de contactarlo más de 20 veces por las redes sociales el sábado en la noche.
Regresó hasta el lugar en la madrugada y “utilizó un enorme cenicero” contra las puertas de vidrio del edificio y “una vez al interior, comenzó a hurgar entre los archiveros”, indica AP.
Finalmente, la joven golpeó a varios agentes cuando trataban de reducirla.
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Según el jefe de la policía, “el oficial no tenían ninguna relación” con la mujer que no fuera la del arresto y todo pasaba por la obsesión de Keister.
La joven quedó detenida con una fianza de 50 mil dólares y “fue acusada de asalto a mano armada contra un agente policial, robo y vandalismo”.