El pasado 12 de octubre en el estado venezolano de Barinas, la tranquilidad de la noche era interrumpida por Yorfran González, un joven de 22 años, que asesinó a toda su familia y asegurando que lo hacía porque era «Dios».
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La primera víctima fue su madre, la despertó y comenzó a discutir con ella. El joven le decía que era el «todopoderoso» y como tal, él era el responsable de «dar y quitar la vida».
Tras minutos de tensión, finalmente con uno de los cuchillos de cocina de la vivienda, González degolló a su madre mientras una de sus hermanas trataba de detenerlo, transformándose en la segunda víctima fatal, tras ser atacada de la misma manera.
El joven siguió con su plan y de dirigió hacia las habitaciones en las que dormían los niños, su hija de dos años y cuatro de sus sobrinos.
HERIDAS DE ARMA BLANCA
El hombre atacó a los niños, pero los dos mayores lograron escapar pese a las heridas. Los otros dos más pequeños no resistieron las múltiples puñaladas y murieron sobre sus camas.
González persiguió a los sobrinos que habían abandonado la casa, pero no lo logró y decidió regresar. Fue en ese momento que caminó hacia donde estaba su hija dedos años para asesinarla.
Los niños sobrevivientes buscaron ayuda en sus vecinos, quienes lograron detener al agresor e impidieron que se diera a la fuga para posteriormente entregarlo a las autoridades policiales.
González ahora se encuentra detenidos por el delito intencional de homicidio. Los medios locales detallaron que de acuerdo con las primeras pericias, el hombre habría actuado de forma tan violenta debido a un cuadro depresivo crónico.
El delito que se le imputa a González es el de homicidio intencional calificado por motivos fútiles e innobles. Los medios locales informaron que probablemente el hombre se encontraba bajo un cuadro depresivo crónico.