Un hombre de origen galés recuerda con gracia el día en que una celebración con sus amigos del alma terminó con un costoso tratamiento en su cara y varias críticas de parte de su familia.
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Según el hombre, una noche de celebración y luego de haberse quedado borracho, por completo, sus amigos le tatuaron unas gafas en todo el rostro.
Cuando el hombre despertó sintió un fuerte dolor en el rostro, por lo que se asomó a un espejo y a llegar vio un dibujo de unas gafas en todos sus ojos y parte de sus mejillas.
En un principio, el sujeto creyó que eran hechas por un marcador con tinta, como seguramente ya le había ocurrido, no solo a él, sino a millones de personas en el mundo que ante una borrachera y ser los primeros en caer, terminan con rayones, muchas veces obscenos, pero sus compañeros de juerga fueron mucho más allá.
Cuando intentó lavarse la cara y notó que el dolor era intenso y que no le caía el supuesto dibujo, se percató de que su fiesta y celebración, había terminado en un tatuaje de rostro completo.
Muchos pensaron que se iba a tomar las cosas de la peor manera, pero el hombre las asumió con gracia y decidió dejárselo pese a las críticas que recibió por parte de su familia.
Dos años aguantó con el dibujo «artístico» que le regalaron sus amigos en una noche de copas, pero luego de que las críticas se intensificaran, decidió iniciar un proceso de remoción del tatuaje con un tratamiento láser que ya casi está por terminar. ¿Qué tal? Mucho guayabo.
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