El Gobierno británico anunció que a partir del año 2040 los vehículos nuevos como automóviles y furgonetas que funcionen con diesel o gasolina estarán prohibidos, con la intención de combatir la contaminación del aire.
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La medida, que adelantó el ministro de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Michael Gove, viene motivada por una batalla legal tras la cual el Ejecutivo, encabezado por la conservadora Theresa May, fue exhortado por los tribunales a establecer un plan para reducir los altos niveles de polución atmosférica.
«No podemos continuar con los coches diesel y de gasolina, no sólo por los problemas de salud que causan, sino también porque las emisiones que provocan significarían que aceleraríamos el cambio climático. Haríamos daño a nuestro planeta y a la próxima generación», señaló Gove en una emisora de radio de la cadena BBC.
La norma, que entrará en vigor a partir de 2040, se enmarca dentro del presupuesto de 255 millones de libras (252 millones de euros) que el Gobierno destinará para ayudar a los consejos locales a hacer frente a la contaminación de este tipo de vehículos, de un total de 3.000 millones de libras (3.362 millones de euros) que se destinarán a la calidad del aire.
En la misma línea que Francia, que este mes anunció planes similares, la prohibición de los vehículos de gasolina y diesel se hace, según afirmó Gove, en un momento en el que «las señales del cambio a vehículos eléctricos son cada vez mayores».
Entre estas señales de cambio se encuentran los anuncios de marcas como Volvo, que a partir de 2019 solo venderá vehículos eléctricos e híbridos en el mercado europeo, y el auge de proyectos de construcción de automóviles eléctricos a nivel global. También se desarrollan grandes inversiones en países como Estados Unidos para invertir en estaciones de carga.