Un sábado por la mañana, luego de sostener relaciones sexuales con su esposo, Lucinda Allen de 43 años sintió un fuerte dolor de cabeza que se intensificó fuertemente después del clímax del orgasmo que le produjo la relación sexual.
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Lo que empezó como un leve adormecimiento de una parte de cabeza, se convirtió en un accidente cerebrovascular que le inmovilizó la parte izquierda de su cuerpo.
“Pensé que era normal, pero me dirigía a una hemorragia cerebral”, afirma Allen sobre los hechos que ocurrieron en el año 2012 y que hasta ahora se atreve a contar para prevenir a otras mujeres sobre las graves implicaciones que puede tener un dolor de cabeza.
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La forma de remediarlo, fue la realización de una operación de cerebro en la que le recortaron una parte de su cráneo para que se liberara la presión que estaba soportando su cerebro y que podía llevarla a la muerte.
“Tengo suerte de estar aquí. Pero yo no desearía que lo que he pasado le ocurra a alguien más”, aseguró Lucinda a medios . “Nadie habla de dolor de cabeza posorgasmo. Eso es comprensible. Pero quiero aumentar la conciencia de cómo puede ser una señal de advertencia”.