El ministro de Defensa de Brasil, Raúl Jungmann, informó de que el presidente Michel Temer consideró «inaceptable» la violencia desatada en una protesta que exigía su renuncia y que ha pedido «refuerzos» de tropas federales.
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«Era una manifestación que estaba prevista como pacífica, pero que degeneró en violencia, vandalismo, agresiones al patrimonio público y amenazas a las personas», lo cual «no se puede permitir» en «un proceso que se desarrolla en forma democrática y en el marco de las instituciones», declaró el ministro.
La manifestación fue convocada por sindicatos que inicialmente protestarían sólo contra reformas de corte liberal impulsadas por el Gobierno, pero que tras conocerse unos graves asuntos de corrupción que salpican al mandatario agregaron la consigna «Fuera Temer».
Según Jungmann, las tropas federales que han sido convocadas, cuyo número no precisó, serán emplazadas en el Palacio presidencial de Planalto, en la sede del Parlamento y en los edificios públicos situados en la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida de Brasilia en la que se concentra todo el poder público nacional.
De acuerdo a la Policía Militar, en la manifestación participaron entre 35.000 y 40.000 personas que marcharon pacíficamente hasta la sede del Congreso, donde comenzaron unos serios incidentes que luego se expandieron a lo largo de los dos kilómetros de esa avenida.
En medio de los desórdenes, el Ministerio de Agricultura llegó a ser atacado con bombas molotov que provocaron un incendio en una de sus entradas y fue sofocado finalmente por los bomberos, que actuaron inmediatamente pese a que los enfrentamientos proseguían.
También fueron atacados los Ministerios de Hacienda, Cultura, Turismo y Energía y Minas, y a lo largo de la Explanada muchos de los manifestantes le prendieron fuego a contenedores de basura y otros objetos.
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Temer está bajo fuego cruzado desde la semana pasada por unas confesiones de directivos del grupo cárnico JBS que lo implican directamente en hechos de presunta corrupción, por lo que la Corte Suprema ha decidido iniciar una investigación.
El mandatario, que en los últimos días ha perdido el apoyo de diversos sectores de su propia base parlamentaria, se encontraba al momento de los disturbios en el Palacio presidencial de Planalto, donde recibió a legisladores de distintos partidos.