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La conmovedora historia de “Tin tin”: la ardilla rechazada por su madre

La siguiente historia es una de aquellas que conmoverían a cualquier corazón. Tin tin es una ardilla roja que fue abandonada por su propia madre. Sin embargo, encontró calor en otra especie: la humana.

El trágico accidente y un amoroso encuentro

Todo comenzó a la cuarta semana después de que Tin tin nació. Un día el roedor bebé cayó detrás de un edificio en alguna ciudad de Dinamarca.

Nadie sabe cuánto tiempo permaneció ahí atrapado. Afortunadamente si sabemos que sucedió después.

Decan Anderson, un hombre de buen corazón, encontró a Tin tin con una herida grave en el pecho, como resultado de la caída.

Anderson se preguntó ¿por qué su madre o familia nunca lo buscó? Pensó que era probable que lo habían abandona a su suerte.

Pero no todo fueron malas noticias para Tin tin. Aquel encuentro fue amor a primera vista.

Anderson tomo una decisión de inmediato: adoptar y cuidar de la ardilla.

Así fue que en poco tiempo, crearon una inusual amistad. Y en ese momento bautizó a la ardilla como Tin tin, su nueva mascota.

Anderson le confeccionó un nido con medias de su hijo y hasta le hizo camisetas a su medida. Así fue que la mantuvo seguro y salva mientras sanaba sus heridas.

El cariño que crecía entre la ardilla y Decan le había hecho olvidar una dato importante: en Dinamarca tener ardillas como mascotas es ilegal.

Anderson pensó que decir la verdad sería suficiente para obtener un permiso extraordinario que lo dejase quedarse con Tin tin.

Y así fue. Las autoridades responsables de estos casos, al enterarse de la situación y ver el cariño existía entre el humano y la ardilla, decidieron dejarlos vivir juntos.

El día de hoy, Tin tin la ardilla tiene su propia cuenta de Instagram. En ella, Anderson publica día a día videos y fotografías de Tin tin.

Como cualquier otra mascota y su amo, ellos disfrutan salir a pasear juntos, gozar del aire libre, comer y todas las cosas que una ardilla y su humano pueden hacer.

 

Pese a ser abandonada por su propia madre, esta ardilla demuestra que la vida puede ser difícil, pero siempre hay recompensa al final del camino.

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