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En las últimas semanas, la ola de violencia contra los policías en Estados Unidos ha aumentado considerablemente. Las noticias de ataques contra oficiales acaparan los titulares de las noticias y en el país norteamericano, grandes personajes de la política se han unido para llamar a la población y pedirle que se termine con esta “guerra”.
Tras el ataque de este 17 de julio, a oficiales en Baton Rouge, Louisiana; el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se pronunció enérgicamente contra esta acción mediante un comunicado: “Por segunda vez, en dos semanas, agentes que arriesgan su vida por nosotros y que estaban haciendo su trabajo, fueron asesinados en un ataque cobarde y reprensible”.
Además, el presidente señaló que estos ataques — que se presume, tienen un trasfondo racial — “no arreglan ningún mal, ni avanza en alguna causa”.
Mismo punto que destaca el reverendo Jesse Jackson, activista en pro de los derechos humanos y pastor de la Iglesia Bautista :”Los que hacen uso de la violencia no son una extensión de nuestra lucha. La traicionan y tratar de robarnos la autoridad moral”.
Y es que en los últimos 10 días, los agentes de policía en Estados Unidos han sido atacados, al menos, cinco veces, como podrán enterarse a continuación:
1.
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Horas antes del tiroteo en Dallas, un hombre abrió fuego contra policías en una carretera de Tenessse. El autor del atentado, de nombre Lakeem Keon Scott, mató a una persona e hirió a otras tres, entre las cuales se encontraba un oficial. Fue el propio agresor quien confirmó que su ataque fue motivado por la violencia de los policías en contra de ciudadanos negros.
2.
Micah Johnson, un joven negro de 25 años, asesinó a cinco agentes de policía el pasado 7 de julio en Dallas, Texas. Los oficiales se encontraban custodiando una manifestación por la muerte de afroamericanos a manos de policías, cuando ocurrió el ataque.
Antes de morir, Micah Johnson reveló que su objetivo era asesinar policías blancos.
3.
El viernes siguiente, 8 de julio, otro policía fue atacado.
En Georgia, los servicios de emergencia informaron que un agente, de nombre Randall Hancock, fue emboscado por un joven de 22 años llamado Stephen Paul Beck.
Según el informe oficial, Beck llamó al 911 pidiendo asistencia debido a que su automóvil se había estropeado. El agente Hancock se presentó, Beck bajó el cristal de su auto y disparó por lo que el policía respondió a la agresión. Ambos hombres resultaron heridos y la policía no ha querido relacionarlo con los incidentes de Dallas.
4.
Ese mismo día, en St. Louis, un agente de policía recibió tres disparos durante un embotellamiento provocado por el intenso tráfico en las calles. El oficial fue sorprendido mientras volvía a su vehículo
5.
Tres agentes de policía murieron y otros tres resultaron heridos luego de que uno o varios agresores les dispararan cerca de una comisaría en Baton Rouge, Louisiana. Según los últimos informes de la policía, uno de los agresores fue abatido y otros dos son buscados.
Los testigos informaron que los atacantes vestían de negro, estaban enmascarados y portaban armas largas lo que habla de un acto premeditado.
¿Cuál es el origen de estas agresiones?
Todo comenzó el 9 de agosto de 2014, cuando el adolescente afroamericano Michael Brown murió asesinado por Darren Wilson, un policía de 28 años. Seis balas le quitaron la vida al joven de 18 años.
Wilson manejaba su patrulla cuando se encontró a Brown y a un amigo caminando en medio de la calle. El oficial les pidió que se subieran a la acera y el joven asesinado le dijo que lo harían enseguida, pues la casa de su abuela estaba a menos de 100 metros. El policía se siguió de largo, pero luego retrocedió y puso su vehículo al lado de los jóvenes.
Tras hacerse de palabras, Wilson sacó su arma y la disparó a Brown, que herido, comenzó a correr, para recibir otros tres disparos. Entonces, el joven se volteó para ponerse frente a frente con el oficial que terminó con su vida disparándole dos veces más en la cabeza.
La muerte de Michael Brown provocó indignación en la ciudad y en la comunidad afroamericana estadounidense, por lo que comenzaron las manifestaciones contra el abuso policiaco y también aumentaron las denuncias por racismo y discriminación en el actuar de varios agentes, sobre todo, contra ciudadanos negros.
Un año después, en junio de 2015, nueve personas murieron tras un tiroteo en una Iglesia Africana Metodista Episcopal de la ciudad de Charleston, en Carolina del Sur. El autor del ataque fue Dylan Roof, un fanático seguidor de las ideas de supremacía de los blancos.
Estos y varios sucesos más han disparado la tensión racial en los Estados Unidos. En 2007, un año antes de que Barack Obama llegara al poder, un 71% de la población norteamericana calificaba de “buenas” las relaciones entre blancos y negros. En 2015, sólo el 47% de los estadounidenses conserva este punto de vista, según números de la consultora “Gallup”.