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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó hoy la doble moral con la que la sociedad categoriza y juzga a la mujer.
“Necesitamos cambiar la actitud que castiga a las mujeres por su sexualidad, pero les da una palmada en la espalda a los hombres por la suya.” Dijo el mandatario norteamericano durante la Cumbre de United State of Women de la Casa Blanca.
La conferencia reúne a mujeres influyentes del país para conversar sobre temas de suma importancia como derechos reproductivos, entre otros.
El líder de una de las potencias mundiales citó lo dicho por Shirley Chisholm, la primer mujer de raza negra en conseguir un peldaño en el Congreso: «El estereotipo emocional, sexual y psicológico hacia las mujeres comienza cuando el médico dice: es una niña.”
O sea, hombres son catalogados como unos sementales mientras más “conquistas” tengan o más mujeres se lleven a la cama, mientras que a la mujeres se les tacha y juzga de… (ustedes ya saben de qué) si hacen lo mismo.
Asistentes a la conferencia calificaron las palabras de Obama como impulsoras del respeto y la tolerancia, además de aplaudir el hecho de que sea el primer presidente en funciones que hable del tema de una forma progresista y directa.
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El diario The Washington Post recopiló algunos comentarios de los asistentes, entre ellos el de Juliet Williams, profesor de estudios de dinero de la Universidad de California.
“Fue una expresión tradicional de una ideología de genero desde hace mucho tiempo que ató el valor social de una mujer a su castidad.” Argumentó Williams
Para otras participantes, como Carrie Preston, directora del Programa de Género y Sexualidad de las Mujeres, de la Universidad de Boston, las palabras del gobernante muestran lo lejos que ha llegado el país desde el famoso “escándalo Lewinsky” o “Monicagate”.
Monica Lewinsky trabajó como becaria en la Casa Blanca cuando tenía 22 años y tuvo una relación extramarital con el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton. Ella sufrió el escarnio internacional que la catalogó como prostituta y muchos adjetivos más que no se pueden escribir aquí, mientras que el mandatario se llevó solamente fuertes críticas hacia su política, pero no tantas a su vida personal.
Sin embargo, algunas de las asistentes afirman que la doble moral no se ha logrado erradicar de todo y un ejemplo de ello es la actual contienda electoral del país. Donde uno de los aspirantes a la Casa Blanca, Donald Trump se la pasa hablando de su vida sexual, pero su contrincante, Hillary Clinton, no podría hacer lo mismo.